Queen ha vuelto (si es que alguna vez llegó a irse).
Alejandro Arbelo.- El arrollador éxito en taquilla de “Bohemian Rhapsody” ha reavivado el interés por la formación que capitaneó hasta 1991 el genial Freddie Mercury. Líderes en taquilla, líderes en reproducciones en streaming con Bohemian Rhapsody (el mayor hit del grupo) y líderes actualmente en venta de álbumes (especialmente con sus Greatest Hits y la banda sonora de la película), el cuarteto británico ha vuelto a pasar de nivel. Y es que la marca Queen goza de tan buena salud, que en todas sus variantes y manifestaciones garantiza notoriedad, audiencias y récords. Como tocados por una varita mágica, Queen es siempre señal de éxito…
Poco nuevo podría decirse respecto a la trayectoria del grupo con Mercury vivo. Superventas de discos; autores de míticos y multitudinarios conciertos alrededor del mundo y un sinfín de excelentes canciones, su legado ha crecido exponencialmente en valor ante la enorme figura de su malogrado líder, Freddie Mercury. Icono de los 70 y 80, su desaparición elevó la banda a otra dimensión.
Como si tal legendaria carrera no fuera suficiente, las asociaciones posteriores de Brian y Roger han cosechado un notable éxito, volviendo a llenar recintos como antaño, esta vez para llevar a quienes no vivieron la magia del Queen original, aquella fantástica música. Así, entre 2004 y 2009, la banda se embarcó junto a Paul Rodgers en una serie de giras que hicieron vibrar a los más nostálgicos y también a las nuevas generaciones.
Reeditando esta fórmula, desde 2011 el tándem (sin John Deacon), ha seguido llevando a varios países su música, esta vez de la mano del ex American Idol, Adam Lambert, quien además de poner la voz ha recuperado la teatralidad de los shows de Queen. Como era de esperar, ellos han vuelto a ser los campeones…
Al margen de los directos, y como la perpetuidad es una cuestión de reinventarse, Taylor y May abrieron una nueva vía para mantener en el candelero la obra de Queen: We Will Rock You, el musical. Escrita por Ben Elton, la obra se estrenó en 2002 en el Dominion Theatre de Londres y desde entonces ha podido verse en numerosas ciudades a lo largo de todo el mundo (en 2018 sin ir más lejos, de gira por Italia). En 2011 el musical ganó el Olivier Award, premio del público al espectáculo más popular.
La televisión y la publicidad, por su parte, no han sido ajenas a esta aura dorada que envuelve todo lo relacionado con Queen.
Así, múltiples han sido los spots publicitarios que desde los 80 han triunfado valiéndose de la música del conjunto. El último, el de “Coca-Cola Zero Azúcar” con “I Want to Break Free” (2018).
También la producción audiovisual sobre el cuarteto británico ha gozado de gran repercusión y el consecuente reconocimiento. De este modo, los documentales “Queen: Days Of Our Lives” (2011) y “Freddie Mercury: The Great Pretender” (2012) han sido aclamados por crítica y público, cosechando significativas audiencias en sus pases televisivos.
El último de los grandes hitos de Queen, contra todo pronóstico, ha sido el arrollador éxito en cines de “Bohemian Rhapsody”, el film autobiográfico de Mercury y la banda, que se ha erigido como el biopic musical más taquillero de la historia (más de 700 millones de dólares recaudados). El éxtasis (en principio) se alcanzó en la última ceremonia de los Golden Globes en Los Ángeles con el premio a la mejor película y al mejor actor (Rami Malek). Y digo bien, -en principio-, porque el éxtasis como tal podría estar por venir con los Óscars de Hollywood…
Aún con innumerables ejemplos que me dejo en el tintero, no parece exagerado pues afirmar que Queen y su obra parecen estar tocados por la musa de la suerte y el éxito, recogiendo May y Taylor (en representación propia y de Freddie y John) los frutos de la música y el espectáculo bien hechos… Un triunfo más que merecido.
Larga vida a la reina.
