El improvisado show de Queen en la casa de Groucho Marx

Queen conocio Groucho Marx 1977

En una noche que parecía destinada a quedar en la memoria de unos pocos privilegiados, la legendaria banda Queen protagonizó un evento tan inesperado como fascinante.

Los legendarios británicos ofrecieron un concierto improvisado en la casa del icónico actor y comediante Groucho Marx.

Este encuentro, que unió a dos titanes de la cultura popular de épocas distintas, ocurrió en los años 70, cuando la fama de Queen comenzaba a despegar y Groucho, ya una figura consagrada, aún conservaba su chispa y carisma.

La historia comienza con una invitación casual. Groucho, conocido por su amor por la música y su agudo sentido del humor, había expresado su admiración por el estilo teatral y la energía de Freddie Mercury tras escuchar Bohemian Rhapsody.

A través de contactos en la industria del entretenimiento, el actor logró invitar a la banda a su residencia en Los Ángeles para una velada que prometía ser inolvidable. Lo que inicialmente sería una cena informal se transformó en algo mucho más grande cuando Mercury, Brian May y Roger Taylor decidieron llevar algunos instrumentos “por si acaso”. El bajista John Deacon rechazó asistir por su notable timidez.

Tras una cena llena de risas y anécdotas —donde Groucho, con su característico bigote y puro, intercambió bromas con Mercury—, alguien sugirió que tocaran algo. Sin dudarlo, los miembros de Queen improvisaron un escenario en el salón de la casa.

Show

Con una guitarra acústica, un pequeño teclado y la voz inconfundible de Freddie, interpretaron versiones despojadas de éxitos como Killer Queen y Somebody To Love. Groucho, sentado en su sillón favorito, no pudo resistirse y se unió con comentarios hilarantes entre canciones, e incluso intentó cantar junto a Mercury, desatando carcajadas entre los presentes.

El evento, aunque privado, trascendió gracias a los relatos de los pocos invitados, quienes describieron la química única entre el humor mordaz de Groucho y la extravagancia de Queen. No hubo grabaciones oficiales, pero las historias de esa noche han alimentado la leyenda de un cruce generacional irrepetible.

Fue un momento en que el rock y la comedia clásica se encontraron, demostrando que el arte, en todas sus formas, tiene el poder de unir incluso a las personalidades más dispares. Para Queen, fue una pausa lúdica en su ascenso al estrellato; para Groucho, un recuerdo vibrante en sus últimos años.

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