El 12 de febrero de 1992, Roger Taylor anunció la celebración de un concierto en recuerdo de su mejor amigo.
El concierto tributo es concebido en la noche que Freddie Mercury pierde la lucha por su vida, el 24 de noviembre de 1991. Los tres miembros restantes de Queen se reúnen en la casa de Roger en Surrey y finalmente deciden organizar una especie de homenaje a su colega, aunque de momento no saben exactamente qué forma debería tomar.
Se decide que debería realizarse un concierto masivo al aire libre para recaudar dinero y generar conciencia sobre el SIDA, celebrar la vida de Freddie y ofrecerle una despedida digna de recuerdo, y que el lugar más apropiado sería el estadio de Wembley, en Londres.
Roger anuncia oficialmente el evento en la ceremonia de los Brit Awards el 12 de febrero de 1992, después de que él y Brian May hubieran recogido un premio en nombre de Queen por su Contribución Excepcional A La Música.
Durante su discurso de aceptación, Brian se emociona y tiene que hacer una pausa por un instante para recomponerse. Es un momento igualmente emotivo para los muchos fans viendo el evento desde sus hogares, así como uno que provoca un inmenso orgullo. El premio es entregado a ellos en memoria de Freddie. Los dos reciben una ovación de pie.
Las entradas salen a la venta el día siguiente, sin anunciarse qué artistas participarían aparte de los restantes miembros de Queen, y el total de 72.000 se agota en tan sólo seis horas.
Merecido homenaje
El lunes de Pascua 20 de abril de 1992, muchas de las más brillantes estrellas en el mundo se unen a Brian May, Roger Taylor y John Deacon en el escenario de Wembley para rendir un emotivo tributo a Freddie.
La capacidad del estadio está repleta y el concierto es transmitido por radio y televisión en directo para más de mil millones de personas en 76 países alrededor del mundo, tan lejanos como Estados Unidos o Rusia.
Todos los ingresos generados por el mismo, entonces y ahora, son derivados a la Mercury Phoenix Trust, una organización benéfica formada simultáneamente cuya meta es el alivio del sufrimiento que el SIDA provoca en todo el mundo. El espectáculo es lanzado en vídeo y muchos años más tarde en DVD.
