Freddie Mercury lo tenía claro, y nadie le regaló nada.
Hablar cuesta muy poco. Se puede decir de todo durante muchos años y con el paso del tiempo, se acaba acertando en algún aspecto. Pero asegurar que vas a ser una leyenda cuando aún eres un cantante desconocido es un riesgo que cuesta mucho asumir.
Según nuestro criterio, Freddie Mercury tenía una voz excelente, fue un gran compositor, un destacado pianista y uno de los mejores frontman que ha dado la historia del rock. Pero tendríamos que recordar que nadie le regaló nada.
Empezó con grupos que aún teniendo cierto atisbo de calidad, no se les veía recorrido musical. The Hectics, Sour Milk Sea, Ibex o Wreckage eran, simplemente, sueños artísticos pero muy poco materializados. En esos años fue cuando el cantante dijo aquello de: “No voy a ser una estrella, voy a ser una leyenda”. Lo tenía claro y trabajó para conseguirlo.
Su vida, como la de otros muchos artistas, no fue un camino de rosas. Junto a Brian May, Roger Taylor y John Deacon, tuvo que aguantar muchas contradicciones y problemas motivados por las casas discográficas (en el primer disco ya eran patentes), por personas de su círculo más cercano (Paul Prenter) o también, por el hecho de que Freddie Mercury era espectacular y especial, lo que le convertía en centro de muchas críticas.
Su relación imposible con Mary Austin, la no aceptación del disco “Hot Space” por una parte del público más Queen, la reacción de Estados Unidos ante el vídeo de “I Want To Break Free” o los meses que estuvo viviendo en Múnich pasaron factura al cantante, pero todo se superó.
Vida de éxito
Su vida estuvo marcada por el éxito ya que supo concienciarse para conseguirlo y además, porque formaba parte de un equipo de profesionales que miraban por el bien de Queen. Aunque hubiese disputas internas (en algunas ocasiones, como admitió Brian May, eran muy visibles), supieron estar juntos. El bien común estaba muy por encima del individual.
Está claro que Freddie Mercury había nacido para la música. Como nos contó Doug Bogie en una entrevista (quien formó parte de Queen como bajista antes de la llegada de John Deacon), el cantante tenía una talento especial que le permitía destacar. Por tanto, los ingredientes ya estaban preparados, pero para convertirse en leyenda había que ser muy constante y tener un nivel de auto exigencia muy elevado.
Para finalizar, te animamos a que creas en tus posibilidades. Igual que Freddie Mercury trabajó su presente y su futuro para ser una leyenda, no te rindas con tus planes. Sueña con ellos. Tu pareja, tus compañeros de trabajo, tu familia o amistades te consideran leyenda por tu esfuerzo, pero no lo sabes. Sé feliz con tus intentos.