El legendario cantante Freddie Mercury siempre se refería a ella como su ‘esposa’ y, como tal, le dejó la mayor parte de su herencia.
Cuando supo que iba a heredar la mayor parte de la fortuna de Freddie Mercury, a Mary Austin le temblaron las piernas. En primer lugar, porque eso significaba que una de las personas más importantes de su vida ya no estaría, pero también por la responsabilidad que eso conllevaba.
De orígenes humildes, Mary Austin era consciente de todo lo que implicaba gestionar tal cantidad de dinero y mantener una propiedad como la icónica mansión de Garden Lodge, en Londres, en la que residía el cantante. Pero aprendió a hacerlo y hoy, más de 30 años después, sigue viviendo en la impresionante mansión y ha incrementado con creces su fortuna.
En esa vivienda ha criado a sus dos hijos, Richard y Jamie, y guarda, además de la excepcional colección de arte que tenía Freddie Mercury, los secretos más profundos del artista. Si había alguien en la que él confiara era en Mary Austin. La relación que mantenían era mucho más que la de una amistad, era el amor más puro y fiel.
Se conocieron cuando ella tenía 19 años y él 24 y, pocos meses después, comenzaron a salir. Mantuvieron un noviazgo de seis años que finalizó cuando Freddie Mercury le confesó su homosexualidad. En ese instante dejaron de ser pareja, pero siguieron siendo el más firme apoyo el uno para el otro. Hasta tal punto fue así que, una vez que él ya había alcanzado la fama y, en consecuencia, una posición privilegiada, le compró una casa a ella cerca de la suya y la contrató como asistente personal. El objetivo: tenerla cerca.
Siempre fiel
Y así fue. Siempre fue la mano que más fuerte cogió la suya. Cuando le confesó que padecía sida, la prioridad de Mary fue cuidarlo. Se había casado con otro hombre, ya había nacido Richard (del que Mercury era el padrino) y estaba embarazada de Jamie, pero ella pasaba la mayor parte del día al lado de su gran amigo. Era la guardiana de sus secretos y así sigue siendo a día de hoy. Más de treinta años después de la muerte de Freddie Mercury apenas ha concedido entrevistas y no ha dado ni un solo detalle íntimo del vocalista de Queen, ni siquiera el lugar en el que esparció sus cenizas (que debía permanecer en secreto por expreso deseo del cantante).
Él era plenamente consciente de la fidelidad que ella le profesaba y por eso quiso recompensárselo. A día de hoy, Austin sigue ganando una fortuna cada año gracias a los derechos de autor. Solo en 2018 ingresó, gracias al estreno de la película ‘Bohemian Rhapsody’, basada en la trayectoria de Queen, 47 millones de euros, según recoge El Mundo.
En cambio, Freddie Mercury habría dejado en herencia a quien era su pareja en ese momento (y desde hacía seis años) algo más de 500.000 euros, lo mismo que a su cocinero. Porque, aunque tanto Freddie como Mary tuvieron otras parejas tras la ruptura, nadie consiguió estar a la altura para el uno y para la otra.
Lealtad
En este sentido, una de las pocas revelaciones que ha hecho Mary Austin, que ahora tiene 71 años y a la que Freddie Mercury siempre se refirió como su “esposa”, es que la lealtad que ambos se profesaban era la del más sólido matrimonio: “Vivimos nuestros votos, en lo bueno y en lo malo, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad”, confesaba en una entrevista a Ok! Magazine en el año 2000. “Nunca podría haberme alejado de Freddie si no hubiera fallecido y aun así fue difícil”.