Un tema de Paul McCartney que debía ser interpretado por Freddie Mercury se tuvo que descartar por diversas razones.
La alineación de los astros que ha permitido que estrellas de la música se junten para colaborar es muy numerosa, pero también lo es en sentido contrario. Esto es, aquellas uniones esperadísimas que se iban a realizar pero que, finalmente, no se pudieron materializar para tristeza de la Cultura en mayúsculas. Hoy os contamos la historia de la canción fallida entre Paul McCartney y Freddie Mercury.
La amistad entre ambas leyendas del rock se fraguó debido a su devoción mutua por Buddy Holly, que les llevó a conocerse en las fiestas que el exBeatle, dueño de los derechos de autor de Holly, organizaba a partir del año 1976 en su honor (las «Buddy Holly Weeks») y en donde Mercury gustaba de participar, como hicieran también Roger Daltrey, Eric Clapton o Elton John.
Su relación se afianzó en el Live Aid, aquellos conciertos benéficos organizados por Bob Geldof celebrados en julio del 85, para recaudar fondos para Somalia y Etiopía. Y aquí ya, siendo amigos y respetándose, hablaron de llevar a cabo un proyecto común.
Fue McCartney, quien consideraba que Mercury tenía «una voz fuerte, distintiva», el que quiso incluir una colaboración entre ambos músicos para la versión europea de su álbum «All the Best!», del año 1987. Se trataba de la canción «One Upon A Long Ago». A Mercury la idea le entusiasmo y Macca la grabó con la voz del cantante de Queen en mente para enviarle una demo.
No pudo ser
Sin embargo, nunca se pudo llevar a cabo la versión final. Al parecer, Mercury tuvo que descartar hacerla por estar hasta arriba de otros proyectos, tanto en solitario como su banda. Ya sabemos que en aquella época, aunque él no lo hiciera público, había sido recientemente diagnosticado con sida.
Finalmente, McCartney tiró con la canción en solitario y el resultado es su interpretación de la melodía vocal que le planteó al vocalista de Queen. Resultó un éxito total pues consiguió entrar en el top 10 británico de singles. En 1991, uno pocos días después de la muerte de Mercury, Linda McCartney definió el estado del ex Beatle como devastado.