Cuando Freddie Mercury murió en 1991 a la edad de 45 años, su fortuna valía nada menos que 37,5 millones de libras esterlinas.
El cantante dejó la mayor parte de su patrimonio, incluida su mansión londinense de 28 habitaciones y su parte de todas las regalías de Queen a su ex prometida Mary Austin.
Según The Sun, la ganancia inesperada de Mary Austin ha sido descrita desde entonces como una “maldición”, ya que luego vio cómo sus relaciones posteriores se desmoronaban, sufría enfermedades graves y atravesaba una ruptura difícil con los miembros restantes de Queen.
Después de vivir durante años rodeada de los fantasmas de sus recuerdos de Freddie Mercury, finalmente decidió subastar los recuerdos del músico en 2023 y poner la casa a la venta en febrero de 2024.
La preciada residencia del difunto líder de Queen, Garden Lodge, ha recibido ofertas superiores a los 30 millones de libras. Aún no se ha vendido.
“Ha llegado el momento de tomar la difícil decisión de cerrar este capítulo tan especial en mi vida”, dijo Mary en ese momento.
Sin embargo, esta semana se reveló que la hermana de Freddie, Kashmira Bulsara, gastó en secreto £3 millones (US$6,2 millones) para adquirir muchos de los artículos.
Se dice que Kashmira quedó devastada al ver que Mary vendía las pertenencias de la leyenda de la música y estaba dispuesta a pagar un precio muy alto para mantenerlas en la familia.
Para Mary Austin, que ahora tiene 74 años, marcó el final de una era que en todos los sentidos estuvo definida por su relación con el cantante, tanto cuando estaba vivo como después de su muerte.
Vacío sin llenar
Apenas unos meses antes de su muerte, Freddie Mercury firmó un testamento que le daba a Mary Austin la mitad de su fortuna estimada en 10 millones de libras y su mansión de 28 habitaciones en Kensington, llena de valiosos objetos de arte y muebles Luis XV.
Aterrada de aceptar esa carga, inicialmente le instó a que permitiera que el edificio se convirtiera en un museo.
Mientras tanto, sus padres y su hermana recibieron cada uno una participación del 25 por ciento.
A Mary Austin también le confiaron sus cenizas y le ordenaron que nunca revelara dónde serían colocadas, ya que eso crearía más divisiones con la familia de Freddie Mercury.
Durante dos años estuvieron sentados en una bolsa de plástico dentro de la urna, antes de que ella saliera de la mansión sin su chofer para enterrarlos.
A pesar de las abundantes especulaciones entre los fanáticos de que habían sido enterrados en un cementerio del oeste de Londres o bajo un cerezo en el jardín de su mansión, Mary se ha mantenido fiel a sus deseos y nunca reveló su lugar de descanso final.
Vida solitaria
Sin Freddie Mercury, quedó un vacío en su vida que nunca podría llenarse: un matrimonio posterior con el empresario Nick Holford terminó en divorcio.
Durante años, vivió como una reclusa detrás de los altos muros de la mansión, manteniéndose apartada y evitando a los fans que hacían peregrinaciones.
También hubo presión financiera, ya que pasaron ocho años para que ella recibiera la mayor parte de lo que le había quedado en su testamento.
“Fue el momento más solitario y difícil de mi vida después de que Freddie murió”, recordó más tarde.
Me sorprendí pensando: “Ay, Freddie, me has dejado demasiado, y demasiado con lo que lidiar”. Sentí que no podía estar a la altura.
Sus antiguos compañeros de banda tampoco se apresuraron a tomarla bajo su protección (se dice que estaban celosos de que ella hubiera heredado tanto), aunque se han reunido desde entonces.
“No creo que los miembros restantes de Queen se hayan reconciliado jamás con ello”, dijo en una entrevista de 2013. “No lo entiendo. Nunca sé nada de ellos. Después de que Freddie murió, simplemente se fueron”.
Sin embargo, Mary todavía puede disfrutar de los dividendos de su relación con Freddie: recibe regalías por el éxito de la película biográfica de 2018 Bohemian Rhapsody y por la venta del catálogo anterior de Queen a Sony.
Pero nada jamás podría acercarse a reemplazar al hombre mismo.
Más tarde explicó: “Perdí a mi familia, de verdad, cuando murió Freddie. Él era todo para mí, aparte de mis hijos. No se parecía a nadie que hubiera conocido antes”.
“Extraño la diversión, el humor, su calidez, su energía”.
Freddie Mercury había salido con Mary Austin desde 1969 hasta finales de la década de 1970, y la pareja estuvo comprometida durante un tiempo.
Escribió la canción de Queen de 1975 “Love Of My Life” como homenaje a ella.
Su relación terminó después de que Freddie finalmente le confesara su homosexualidad, pero siguieron siendo amigos cercanos hasta su muerte. Mary también cuidó de Freddie durante su enfermedad.
Partes de esta historia aparecieron por primera vez en The Sun y fueron republicadas con permiso.
