
Queen participó en el festival benéfico Live Aid en 1985, cuyo destino de los fondos se quedaron entre la esperanza y la controversia.
El Live Aid de 1985, celebrado el 13 de julio en los estadios de Wembley (Londres) y John F. Kennedy (Filadelfia), recaudó una cantidad significativa de fondos destinados a aliviar la hambruna en Etiopía y Somalia.
Aunque las cifras exactas varían según las fuentes, se estima que se recolectaron alrededor de 150 millones de libras esterlinas (equivalentes a unos 127-140 millones de dólares de la época, dependiendo del tipo de cambio). La distribución de estos fondos fue gestionada principalmente por la fundación Band Aid Trust, creada por Bob Geldof y Midge Ure, quienes organizaron el evento.
El objetivo inicial era canalizar el dinero a organizaciones humanitarias para proporcionar alimentos, medicinas y otros recursos esenciales a las poblaciones afectadas en el Cuerno de África. Gran parte de los fondos se destinó a ONGs occidentales que operaban en la región, como una forma de garantizar que la ayuda llegara a quienes la necesitaban. Sin embargo, la realidad de cómo se repartió y utilizó el dinero ha sido objeto de controversia y debate con el paso de los años.
Según información disponible, una porción significativa se empleó en proyectos de emergencia, como la compra y distribución de alimentos y suministros médicos. Además, se invirtió en iniciativas de desarrollo a largo plazo, como mejoras en la infraestructura agrícola, en colaboración con comunidades locales.
Sin embargo, investigaciones posteriores, como un artículo de la revista Spin en 1986 y un informe de la BBC en 2010 (del que luego se retractaron parcialmente), sugirieron que parte de los fondos pudo haber sido desviada. Por ejemplo, se afirmó que en Etiopía, bajo el régimen de Mengistu Haile Mariam, algunos recursos terminaron siendo utilizados para fines militares, como la compra de armas, en lugar de ayuda humanitaria.
También se denunció que guerrilleros del Frente de Liberación Popular de Tigrayan (Woyane) habrían engañado a ONGs vendiéndoles sacos de arena en lugar de grano, redirigiendo así el dinero a sus propios fines.
Bob Geldof y la Band Aid Trust han defendido que la mayoría de los fondos se utilizaron correctamente y que salvaron entre 1 y 2 millones de vidas, aunque reconocieron que en un contexto de guerra civil y corrupción, como el de Etiopía en ese momento, era difícil garantizar que cada centavo llegara a su destino previsto.
Organizaciones como Médicos Sin Fronteras habían advertido a Geldof que no entregara el dinero hasta que hubiera una infraestructura segura para su distribución, pero la urgencia por actuar prevaleció.
En resumen, aunque no hay un desglose público detallado de cada dólar o libra gastada, los fondos del Live Aid se destinaron inicialmente a ayuda humanitaria directa y proyectos de desarrollo, pero una parte se perdió o fue mal utilizada debido a la compleja situación política y logística en Etiopía. El evento logró visibilizar la crisis y movilizar al mundo, pero su impacto práctico estuvo limitado por factores fuera del control de los organizadores.