Unas horas antes de celebrarse el funeral de Freddie Mercury, Brian May escribió en nombre de Queen una emocionante carta a los seguidores de la banda.
La carta del guitarrista de Queen fue escrita a las 3 de la madrugada del miércoles 27 de noviembre de 1991, a tan sólo unas horas de la celebración del funeral de Freddie Mercury en Londres.
Así se dirigió Brian May, en su nombre y el de Roger Taylor y John Deacon, a los fans a través de la revista del club oficial:
Queridos amigos,
Esta vez escribo por los tres, John, Roger y yo. Hemos pasado muchas horas juntos durante las últimas semanas y, especialmente, los últimos días, y creo que sentimos lo mismo.
No podíamos dejar que esta revista especial saliera sin un mensaje muy especial de agradecimiento para vosotros, nuestros maravillosos amigos («fans» nunca me ha parecido la palabra adecuada para vosotros, (y con esto me refiero a damas y caballeros) que habéis sido tan increíblemente comprensivos y nos habéis apoyado durante todos estos años).
Como ya sabéis, Freddie estuvo luchando contra la terrible enfermedad del SIDA durante muchos años, y durante gran parte de ese tiempo ni siquiera nosotros lo sabíamos. Para Freddie, su trabajo y sus amigos lo eran todo. Se entregó con enorme vigor a ambos. Estaba decidido a que ningún atisbo de fragilidad estropeara su música, ni nuestra música, ni hiciera la vida difícil a sus amigos.
Al negarse a conceder nada a la enfermedad, su increíble fuerza y coraje le permitieron seguir con toda su fuerza haciendo álbumes, vídeos, etc., aunque eso le costara cada vez más dolor privado. La vida ya era casi imposible para él mientras estábamos haciendo el álbum Innuendo (después de controlarse con mucho cuidado durante “The Miracle”, difícilmente esperaba estar vivo para otro álbum).
Para cuando se estaba filmando “Days of Our Lives”, apenas podía mantenerse en pie. Nunca se quejó de su suerte cuando lo escuchamos y nunca permitió que el desaliento se infiltrara en su trabajo. Su voz parecía mejorar milagrosamente.
Y murió sin perder nunca el control. Freddie nunca quiso compasión; quería exactamente lo que ustedes, los fans de Queen, le dieron: fe, apoyo y el respaldo de ese camino extrañamente tortuoso hacia la excelencia que nosotros, Queen, hemos tratado de seguir. Ustedes le dieron apoyo para ser el espíritu excepcionalmente libre que fue y es.
Una última palabra. Independientemente de lo que la despreciable prensa haya podido decir, Freddie no tenía nada de qué avergonzarse. Vivió la vida al máximo y fue generoso con todos los que se le acercaron. Su anuncio, hecho por voluntad propia sólo cuando sabía que su lucha había terminado, será, con nuestra ayuda y la suya, un factor importante para persuadir al público de que el SIDA es ahora un problema de TODOS. Pero Freddie, su música, su deslumbrante energía creativa, eso es para siempre.
Muchas gracias a todos de parte de nosotros: Brian, Roger, John.