Axl Rose, el carismático frontman de Guns N’ Roses, nunca ocultó su admiración por Freddie Mercury, el legendario vocalista de Queen.
Esta admiración de Axl Rose trascendió la música, convirtiéndose en un respeto mutuo entre dos íconos del rock con estilos marcadamente diferentes pero con una pasión común por la performance y la autenticidad.
Desde la primera vez que Axl vio a Queen en vivo, quedó impresionado por la presencia escénica de Mercury, su voz operística y su habilidad para conectar con el público. Aunque el hard rock de Guns N’ Roses se alejaba del rock progresivo y teatral de Queen, Rose encontraba en Mercury una fuente de inspiración, especialmente en cómo manejaba su voz y su energía en el escenario.
La muerte de Mercury en 1991 impactó profundamente a Axl. En el Concierto Tributo a Freddie Mercury en 1992, Axl no solo participó por respeto, sino también como una declaración pública de su admiración. Su interpretación de “Bohemian Rhapsody” junto a Elton John fue un momento cumbre, demostrando que, más allá de las diferencias musicales, existía una hermandad rockera.
Axl ha mencionado en entrevistas que Mercury le enseñó la importancia de ser uno mismo, sin disculpas. Esta lección, aplicada en su propia carrera, refleja el legado de Freddie en la figura de Axl: un rebelde con causa, un artista comprometido con su verdad, y un performer nato.