Por qué es hora de añadir Live Killers de Queen al panteón de los mejores álbumes en vivo

queen live killers 1979

Puede que Live Killers de Queen no tuviera el brillo de sus álbumes de estudio, pero cuatro décadas después sigue siendo uno de los mejores álbumes dobles en vivo de la época.

A finales de los años 70, Queen se había convertido en una banda mainstream de pura cepa, de esas que disfrutaban de dejar su huella en las listas de éxitos del pop. Por eso, no habría sido una sorpresa para nadie que sus actuaciones en directo hubieran empezado a resentirse. No fue casualidad: el álbum doble Live Killers fue toda la prueba que cualquiera necesitaba de que Queen era una de las mejores bandas en directo de la época, con suficiente fuego en su interior colectivo para enseñarle algunos trucos a cualquiera.

Queen siempre tuvo la reputación de ser una banda fenomenal en vivo, que mezclaba el virtuosismo musical individual con la brillante extravagancia de Freddie Mercury, y Live Killers captura la esencia de esa magia. El público se mezcla lo suficientemente fuerte como para hacer sentir su presencia, pero nunca demasiado alto como para eclipsar clásicos como We Will Rock You y Don’t Stop Me Now.

El primero se abre con una interpretación metálica, grandilocuente y feroz que simplemente deslumbra. El inspirado popurrí de Death On Two Legs, Killer Queen, Bicycle Race y I’m In Love With My Car funciona tan bien que jurarías que así fue como se crearon las canciones.

Magnífico

En todo momento, el trabajo de guitarra de Brian May es excepcional, complementando la voz imponente de Freddie Mercury. Entre los aspectos más destacados se encuentran una magnífica interpretación de Keep Yourself Alive, una inmersión conmovedora en Tie Your Mother Down y la inevitable pieza maestra Bohemian Rhapsody, mientras que Love Of My Life, interpretada conmovedoramente como un dueto de May/Mercury, se convierte en un canto colectivo de proporciones épicas. Todo termina con la combinación de dos golpes de la versión más tradicional de We Will Rock You seguida de una triunfante We Are The Champions.

La ausencia de cualquier tipo de referencia visual no hace más que acentuar la audacia de Queen, y es sorprendente recordar que cuando se publicó Live Killers, la reacción fue algo moderada. De hecho, algunos críticos –quizás distraídos por la eliminación del brillo de estudio de las canciones originales– sugirieron que era una pálida representación de lo que la banda era capaz de ofrecer en el escenario. Se equivocaron, y el álbum ahora se erige como uno de los mejores álbumes dobles en directo de la época.

La banda mezcló este álbum ellos mismos y, posteriormente, descartó su propio trabajo por considerarlo inadecuado. Pero, a decir verdad, es precisamente la falta de refinamiento excesivo lo que hace que el álbum sea genial, lo que permite que Live Killers exista como una representación genuina de una gran banda en vivo en su máximo apogeo, con los cilindros bombeando furiosamente, tallados para siempre en cera.