Desde 1976 todas las ediciones de los Juegos Olímpicos contaron con una “canción olímpica” para ensalzar los valores y el espíritu deportivo de los atletas de todo el mundo.
Desde Barcelona ‘92 la “reina” de estas canciones sigue siendo, casi sin rival, la obra homónima de Freddie Mercury y Montserrat Caballé.
Con los recientes Juegos de verano de París 2024 ha vuelto a sonar en todo el mundo una canción para acompañar las gestas deportivas de los atletas y deportistas olímpicos.
La llamada era de las canciones oficiales (iniciada en 1976), cuenta desde ahora con un nuevo tema: Parade, compuesto por Victor Le Masne y grabado por la Orquesta Nacional de Francia y el Coro y la Maîtrise de Radio France.
Ciertamente, la melodía ideada para esta ocasión consigue transmitir emoción y épica, pero no pasará a la historia como la canción por antonomasia de unos Juegos Olímpicos, esa que ha propiciado la simbiosis perfecta entre el deporte, la música, la ciudad que los organiza… y el factor tiempo.
Mucho se ha hablado sobre cuáles han sido los mejores Juegos Olímpicos de la historia en lo deportivo, en lo organizativo, en cuanto a gestas históricas o en lo que respecta a la comunión entre instituciones y ciudadanía del país anfitrión.
Lejos de querer aquí esclarecer algo en este sentido, sí podemos afirmar, respecto a los himnos, que existe un claro dominador desde hace la friolera de 32 años… Y es que el tema compuesto en 1987 por el malogrado Freddie Mercury y Montserrat Caballé, “Barcelona”, sigue siendo el favorito del mundo en cuanto a canciones oficiales.
Un dúo de talento
El tema que unió a la mejor voz del rock de la historia con una de las mejores sopranos, en una conjunción jamás antes vista en el mundo de la música, cuenta con la excelsa voz de Freddie Mercury en su ejecución y coros, con una melodía rebosante de épica y delicadeza y un cénit portentoso que eriza la piel de cualquiera.
El vídeo tampoco le va a la zaga… No pretendemos aquí ser objetivos, y aunque es fácil encontrar rankings en la red que dicen lo contrario, no dudamos desde A Queen Of Magic que la célebre canción del líder de Queen con la Caballé es la mejor de todos los tiempos en ese apartado. Imperdible e imborrable.
Freddie Mercury ya era una leyenda cuando compuso Barcelona. Su prematura muerte impidió que cantara el tema en la inauguración de los Juegos, algo que sumado a la enorme calidad de la composición, la elevó a otro nivel tras el magno evento deportivo; la volvió atemporal.
Himnos anteriores
Antes habían sonado Bienvenue à Montréal cantada por René Simard (Montreal’ 76); Olimpiada interpretada por Tonis Magi (Moscú’ 80); Paul Engemann cantó Reach Out, compuesta por Giorgio Moroder (Los Ángeles’ 84) y el grupo Koreana interpretó Hand in Hand (Seúl’ 88). Pero lo disruptivo y colosal vino después, de la mano de Mercury y Montserrat Caballé…
Después de aquella obra mastodóntica se procuró no descuidar una canción que podría elevar en solemnidad los Juegos Olímpicos, pero el listón había quedado muy alto. Recordadas son Reach de Gloria Estefan y Diana Warre (Atlanta’ 96) o Survival de Muse (Londres 2012), pero nada ha podido hacer olvidar aquel tema que supuso un antes y un después y que todavía hoy espera digno sucesor…
Y es que, ciertamente, Freddie Mercury sigue reinando, también en los Juegos Olímpicos.