La historia del concierto más polémico de Queen en 1986 durante el Magic Tour, la última gira de la banda en su formación original.
Hay veces que uno ha vivido cosas incluso sin haber estado en el lugar en que ocurrieron. A través de otras voces, a través de palabras. Cinco de julio de 1986, el día después de la festividad más importante de Estados Unidos. El Magic Tour llegó a Irlanda, país de valientes y amigables bebedores a los que un día de lluvia y excesiva ingesta de alcohol transformó en una audiencia terrible y que parecía imposible de domar.
Se sabe que en el norte de Gran Bretaña, acá Escocia o el norte de Inglaterra, junto a Irlanda son sitios en los que debes dar todo si quieres recibir todo. Queen lo sabían desde la primera vez que estuvieron en Irlanda y, obviamente, también en esta última visita al país de los cuatro tréboles.
El castillo del pueblo de Slane y su explanada es un lugar mítico, sobre todo, en el mundo del pop y del rock. Allí U2 grabaron parte de su clásico cuarto álbum. En su explanada es donde editaron en este milenio un directo. Donde Thin Lizzy, quienes fueron teloneros de Queen en los setenta por Estados Unidos, ofrecieron uno de sus tantos cantos del cisne.
Queen, como siempre y a pesar de su nombre y amor por Gran Bretaña, respetaron las costumbres de los lugares donde tocaron. En Argentina se les avisó que no cantaran “Don’t Cry For Me Argentina” porque, si se les hubiera ocurrido hacerlo y el público pro peronista se hubiera sublevado, los militares habrían realizado una masacre. En Irlanda jamás sonó el “God Save The Queen” que Brian May grabó en estudio. Se inauguró en la gira de “Sheer Heart Attack” y quedó inmortalizado en “A Night At The Opera”.
Ese día hizo hubo intervalos de lluvias. Las puertas se abrieron casi diez horas antes de que Queen tocaran, casi la mitad de horas en que los teloneros empezaran. El público entre el cansancio y el alcohol empezó a sentirse alborotado. El gran grupo telonero de ese día entre los que había (aunque tuvo más aplausos Chris Rea) eran The Bangles, quienes justo en esa época estaban en medio de cosechar dos de sus mayores grandes éxitos en las lista de Estados Unidos, “Manic Monday” (compuesta por Prince) y “Walk Like An Egyptian”. Poned el primer tema, que les compuso Prince, en Youtube, o su éxito posterior “Eternal Flame”, y las conoceréis al instante. Susanna Hoffs es su carismática cantante principal, aparte de gran compositora.
De gente que estuviera allí he podido hablar con Roger Taylor, el pipa apodado Ratty y Susana Hoffs. Con la única persona que he hablado del concierto, ha sido con la última. El ambiente estaba tan enrarecido, que Susanna Hoffs le dijo al público algo así como “ya sabemos que os molesta estar húmedos, pero al menos no os podéis electrocutar”.
Hoffs me comentó que, dado el vaivén del público, el concierto de Queen lo vio a un lado del escenario, el de Brian May. También que Freddie Mercury le pareció una fuerza de la naturaleza. En otras entrevistas ha comentado que tanto Prince como Mercury (ambos fans de ambos, a pesar de que jamás se conocieron) han sido los dos frontman que más le han impresionado.
Susanna no conoció a Freddie pero sí a Brian, del que guarda buen recuerdo. Cuando Susanna empezó a ver el concierto de Queen, las cien mil almas que allí andaban explotaron como si fuera el fin del mundo. Freddie Mercury delante suyo apareciendo con una corona en “One Vision”. Dejó a todos estupefactos. Imaginad ver a Freddie con la corona (algo inaudito en cuanto a que siempre se la puso al final de los conciertos) frente a un público mayoritariamente hastiado de esperar y más bebido que en una jornada del October Fest de Múnich.
Tras “Seven Seas Of Rhye” hubo una pelea en las primeras filas, y Freddie medió y razonó para que dejaran esa estúpida reyerta, y no fastidiaran el concierto para toda la gente que había acudido allí para disfrutar. Calmó el ambiente haciendo “Day Oh”, dejando a los irlandeses relativamente tranquilos. Sólo él podía conseguir algo así. Brian, que en su solo de guitarra incorporó el clásico standard irlandés “Danny Boy”, no se libró de que le tiraran cosas. Pero ahí estaba Freddie, para conquistar ese lugar y ese castillo.
Con “Radio Ga Ga” todos hicieron palmas como en el Live Aid. Con “We Will Rock You” alucinaron… descanso en “Friends Will Be Friends”, y locura máxima en “We Are The Champions”. Como si ese año en México, en vez de ganar el mundial de fútbol Argentina, lo hubiera hecho Irlanda. Un lugar que parecía inexpugnable por las circunstancias meteorológicas y etílicas de la audiencia, cayó rendido ante el rey de Queen. Así es cómo se forjan las grandes leyendas. THERE CAN BE ONLYE ONE!!!