Tony Hadley, el cantante solista de Spandau Ballet, conoció a su ídolo Freddie Mercury en un show de Queen en Birmingham.
“Yo crecí escuchando los discos de Queen, y para mí Freddie Mercury era el cantante solista más grande del mundo. Me moría de ganas de conocer al grupo. En aquella época yo era lo suficientemente famoso como para conseguir un pase de backstage para más o menos cualquier evento. Nos acercamos a los camerinos a conocer a los chicos, que estuvieron verdaderamente simpáticos y amables”, comentó Tony Hadley, cantante de Spandau Ballet.
“Nos invitaron a su fiesta al final del concierto en el hotel de al lado. Yo asistí con Leonie (su primera esposa), había un asiento libre junto a Freddie Mercury y él me dijo, ‘Vamos, cariño, ven y siéntate a mi lado’. Estábamos todos de charla cuando de repente aparecieron un par de strippers para entretener a la tropa”.
“Aquella noche estuve allí sentado, hablando con Freddie sobre su personaje del escenario, y me dio un consejo gratis: ‘Nunca pidas disculpas por estar en un escenario’, me dijo. ‘Nunca pidas perdón. El público ha ido a verte a ti, así que no importa si una noche no estás al cien por cien. Simplemente tienes que dar la cara todo el rato’”.
“Yo tenía veintitrés o veinticuatro años, y cantaba en un grupo al que le iba bastante bien. Freddie Mercury pertenecía a la realeza del rock. No tenía por qué tomarse ninguna molestia con alguien como yo. Pero tenía mucho entusiasmo, muchas ansias de impartir sus conocimientos y su experiencia. Fue el único que lo hizo, y de verdad le respetaba por ello”.
“‘Todos los artistas dudan de sí mismos’, me dijo. ‘¿Incluso tú?’, le pregunté. ‘Sobre todo yo’, me contestó”.
Mira a Tony Hadley interpretando el clásico ‘Hammer To Fall’ de Queen:
Artículo por Jorge Álvarez Camacho, escritor y conferencista internacional.