Aquellos que conocían a Freddie Mercury se sorprendían que alguien de su magnitud encima del escenario fuese todo lo contrario en persona.
Freddie resultaba ser humilde y poco pretensioso. Decía que la gente cuando le veía fuera de los escenarios, esperaba ver “al gran Freddie” pero él no era eso. Él era una persona mucho más tranquila. Intentaba separar su vida privada del “monstruo mediático” que era, pero no siempre lo conseguía. ¿No es curioso?
Mercury parecía mas bien pequeño y delicado, y eso, evidentemente, sorprendía a todos. Es esa clase de persona que es imposible no amar. Cuentan que, cuando estaba en algún pub rodeado de gente, Freddie solía anunciar: “Pipí” en un tono infantil y uno de sus acompañantes lo conducía a los servicios.
Es exactamente el mismo comportamiento de un niño de 5 años cuando siente que tiene necesidad de ir al baño. Un adulto, no lo diría, simplemente iría al baño y, además, iría solo. Sin embargo, es curioso que Freddie Mercury lo anuncia como cuando un niño lo dice para que su madre le ayude, buscando su aprobación.
Era tan encantador que convertía el ir al baño en algo divertido e infantil.
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