Paul Rodgers formó parte de Queen durante cinco años tras el fallecimiento de Freddie Mercury.
Hoy en día ningún fan de Queen parece acordarse de él. Desde que Adam Lambert entró en escena, es como si Paul nunca haya existido, pero lo cierto es que le debemos mucho. Paul es uno de los mejores cantantes de la historia, respetado entre cualquier aficionado a la buena música. Hablar de Paul Rodgers es hablar de algunos de los momentos mas emocionantes del Rock. Lo hecho junto a Free y Bad Company le situaron entre los más grandes.
Fue en 1991 cuando Rodgers tuvo su primer contacto oficial con Brian May. Y fue nada más y nada menos que en España, en el festival de guitarra celebrado en Sevilla en el que el vocalista apareció en la noche más genuinamente rockera para atacar unos clásicos de Free y Bad Company respaldado por una banda de lujo. Aparte de Brian May, también estaban allí Steve Vai y Joe Satriani entre otros.
Tras esta primera toma de contacto entre Brian y Paul, cada uno siguió su camino, pero pronto volverían a reencontrarse, concretamente en el álbum de homenaje que el vocalista hizo dedicado a su ídolo, el mítico Muddy Waters.
Momento histórico
La unión de Queen con Paul Rodgers fue un momento histórico y emocionante. Los que conocen la voz y trayectoria de Paul, sabrán que sus cualidades distan mucho de las de Freddie Mercury, salvo que quizás ambos fueron junto a Robert Plant, las voces más importantes de los setenta.
Paul adaptó cada una de las canciones de Queen a su tono de voz, sin perder los registros originales de Mercury y sin imitarle como muchos esperaban. Paul Rodgers dio una lección de serenidad, clase y tablas frente a una audiencia que poco sabía de él, exceptuando “All Right Now”, que fue la banda sonora de un anuncio muy famoso en España.
En definitiva, creo que Paul impulsó y permitió que Brian y Roger siguiesen activos e ilusionados. Millones de fans por el mundo no tuvieron la suerte de ver a la “reina” tocar en directo, ni ver a Freddie Mercury en acción encima de un escenario. Pero gracias a Paul Rodgers, hemos visto a Queen de nuevo con luz propia, disfrutando de su legado y de su particular homenaje al mejor y al más importante cantante de todos los tiempos, Freddie Mercury.