Según los últimos deseos del cantante británico, su cuerpo fue cremado y sus restos fueron destinados a un lugar que solo Mary Austin -la única mujer que amó- conoce.
“Freddie me dijo que, cuando muriera, quería que se lo llevaran de inmediato. Quería que todo se acabara cuanto antes, con el mínimo alboroto posible. Si hubiéramos sido capaces de organizarlo, a él le habría gustado que lo incineraran el mismo día de su muerte. Acabar de una vez, para que todo el mundo pudiera volver a la normalidad”, dijo Jim Hutton, la pareja de Mercury hasta su último día de vida, en la biografía escrita por Lesley Ann-Jones.
El día 24 de noviembre de 1991 fue un día gris para la familia, amigos, colegas y fanáticos de Freddie Mercury. El hombre con una voz prodigiosa y composiciones innovadoras al frente de Queen, falleció por una bronconeumonía complicada por el Sida en su residencia Garden Lodge en Londres.
Farrokh Bulsara, como fue nombrado por sus padres, fue incinerado en el crematorio West London el miércoles 27 de noviembre a las 10 de la mañana. Si bien las causas de su deceso no requirieron mayores exámenes -considerando el control médico constante que tuvo sus últimos días- los trámites propios de un funeral, y sobretodo de una estrella internacional, retrasaron la ceremonia en tres días.
“Para nuestro querido hijo Freddie. Siempre te querremos. Mamá y papá”, escribieron Bomi y Jer Bulsara. El músico Elton John dejó el mensaje “Gracias por ser mi amigo. Siempre te querré”. Su compañero de banda Roger Taylor dedicó las palabras “Adiós, viejo amigo, por fin tendrás paz”. Y Mary Austin, su ex novia y posteriormente amiga, redactó: “Para mi queridísimo, con mi amor más profundo, de parte de tu fiel compañera”, según señala el libro de Jones.
Si bien Mercury vivió alejado de la religión y de la tradición parsi, su funeral fue dirigido por un sacerdote zoroástrico, y al encuentro asistieron sus padres, hermana, compañeros de banda, Mary Austin, Jim Hutton, su asistente Peter Freestone, y músicos como Elton John; entre otros.
Finalizada la ceremonia, Mary Austin -tal como instruyó el testamento de Mercury- fue quien tomó la urna de madera con las cenizas del cantante para dejarlas en un lugar que, según la última voluntad de Freddie, no debía ser revelado.
“Él temía ser desenterrado. Le preocupaba que sus restos fueran robados por algún fan de Queen y simplemente quería descansar en paz”, dijo Freestone en entrevista con Daily Mail en 2013.
En ese entonces, Peter Freestone conversó con el medio británico en el marco de un ‘descubrimiento’ en torno al lugar de descanso de Mercury. En los jardines del cementerio Kensal Green en Londres -donde se realizó el funeral del cantante- apareció una placa de bronce que decía: “A la memoria de Farrokh Bulsara. Para estar siempre cerca de ti, con todo mi amor. M.”.
Las especulaciones entre los fans se difundieron rápidamente con la teoría de que ese era el lugar elegido por Mary Austin para dejar las cenizas de Mercury. Sin embargo, la gran cantidad de admiradores del músico, provocó que la placa conmemorativa fuera retirada para mantenerla a salvo.
Austin declaró a Daily Mail que era “poco probable” que eligiera aquel lugar, y Peter Freestone agregó: “Nunca he escuchado a Mary hablar francés”, descartando que haya sido ella la autora de dicho reconocimiento.
Jim Hutton, dijo en una entrevista en 1994, que cree que las cenizas de Mercury están en su residencia -que heredó a Austin junto el 50% de las ganancias por sus canciones- en Garden Lodge: “Se ha vuelto una suerte de acertijo, pero estoy seguro que su lugar de descanso es bajo un árbol de cerezo en el jardín”.
Freestone corrobora lo dicho por Hutton, asegurando que era ese el lugar que Freddie quería: “No lo sé, pero sé dónde quería estar: bajo el árbol de cerezo en su jardín”.
Sin embargo, el ex marido de Austin -Nick Holford- dijo: “Lo único que sé es que no están bajo el cerezo”, según informó Daily Mail. Un año después, Jim Hutton también descartó esa teoría en la biografía Mercury y yo (1995).
Otra especulación -presente en Freddie Mercury: la biografía definitiva– surgió a partir de las declaraciones de Gita Choksi, una amiga de la infancia de Freddie en Panchgani, India.
Cuando la mujer visitaba la tumba de su padre en el cementerio Brookwood en Surrey, un cuidador de los jardines le dijo: “Las cenizas de Freddie Mercury, el cantante de rock, están sepultados ahí al lado”.
“Me quedé completamente atónita. Obviamente el cuidador no tenía forma de saber nada sobre mi relación con Freddie, y tampoco tenía un motivo aparente para mentir. Yo no había vuelto ver a mi antiguo amigo del colegio durante todos aquellos años, y allí estaban sus cenizas, enterradas a pocos metros de las de mi propio padre. Estoy absolutamente segura de que esa es la verdad. No creo que el cuidador me contara a mí, una parsi, igual que Freddie, una cosa así si no fuera cierto”, aseguró Choksi en el escrito de Jones.
Pero Rusi Dalal, miembro de la comunidad zoroastriana en Londres, y quien organizó funerales parsi durante más de 30 años; insiste que las tumbas de apellido ‘Bulsara’ en dicho cementerio, no tienen ningún parentesco con el cantante.
El lago Lemán -ubicado en Montreux, Suiza– actualmente tiene una gran estatua de Freddie Mercury en una de sus poses clásicas sobre el escenario.
Fue en esa ciudad donde decidió establecerse algunos de sus últimos años, y el lugar de grabación del álbum póstumo Made In heaven.
Las aguas de este lago es otro de los destinos donde se cree que Mary Austin esparció las cenizas de Mercury, el sitio que le dio paz tras los años turbulentos de fiestas, excesos, y escándalos en la prensa.
Sin embargo, esta posibilidad también fue descartada por el Señor Rusi Dalal, quien aseguró a Daily Mail que la religión zoroastriana prohíbe contaminar la naturaleza y, por ende, dejar cenizas en el agua.
Peter Freestone, quien acompañó a Mercury hasta su muerte -al igual que Jim Hutton- nunca confirmó ni descartó estas teorías: “Sencillamente, no lo sé. Sospecho que las cenizas de Freddie se repartieron, y que tal vez una parte se la quedaron sus padres, otra parte se la quedó Mary. Pero ¿Quién puede decirlo? Sólo ellos lo saben a ciencia cierta”.