El cantante canadiense Marc Martel se encargó de prestar su voz para la película biográfica del vocalista de Queen.
No es un imitador de Freddie Mercury, como se apresura en aclarar. Pero Marc Martel (Montreal, 1976) nació con un registro de voz casi idéntico al del fallecido cantante de Queen y ha rentabilizado exitosamente ese asombroso parecido. Por ejemplo, poniéndole las partes vocales a la película “Bohemian Rhapsody”, aquellas que Rami Malek no podía cantar.
¿Cuánto de ese Óscar otorgado a Malek te pertenece?, le pregunta El Comercio. Y él ríe: “No, Rami hizo todo el trabajo, es un actor increíble. Yo contribuí con mi voz en la película, pero ese fue un premio de actuación, no de canto”.
Seguidor de varios cantantes de recordada voz –de George Michael a Eddie Vedder, de Richard Marx a Jeff Buckley–, Martel en realidad empezó su carrera profesional con una banda de rock cristiana. “Mi fe es la cuestión fundacional más importante de mi vida”, dice sobre esa experiencia que duró 13 años. Todavía compone de vez en cuando, sobre todo algunas canciones navideñas, pero ya no con la asiduidad de entonces, porque el fenómeno Mercury copó su vida.
Porque en los últimos años Martel se ha dedicado prácticamente de forma exclusiva a ir de gira con sus conciertos con temas de Queen. Como el que le llevará por primera vez a Perú el próximo 12 de mayo, con el espectáculo llamado The Ultimate Queen Celebration.
Saludable diferencia
Por eso insiste en que lo suyo no es una imitación. “Yo no soy un imitador. Lo que hago es trazar una delgada línea entre hacer un tributo a Freddie Mercury, pero al mismo tiempo ser Marc Martel sobre el escenario –dice el artista–. Yo no pretendo ser Freddie, yo soy Marc. Solo que en mi voz la gente podrá escuchar el sonido de Freddie como nadie más puede hacerlo en el mundo. O al menos nadie que yo conozca”.
¿Y no le hubiera gustado poder salir de gira con su propia música y sus propios temas?, se le consulta. “A ver, para ser honesto, creo que ningún cantautor se imagina que cantará la música de alguien más. A mí me encantaría cantar mi propia música, pero existe tanta hambre en el mundo por la música Queen que podría trabajar en ello tanto como quisiera. Todos los días recibimos correos y llamadas de personas pidiéndonos el show, en todo el mundo. Y eso me mantiene ocupado”, afirma.
Por esa razón es que, aunque suene paradójico, Martel se muestra algo desconfiado de aquellos programas de imitación que pululan en el mundo. “Creo que este tipo de shows son una continuación del karaoke. La gente va a los karaokes porque quieren mostrar lo que tienen, sea bueno o malo. Y estos programas explotan ese deseo. Así que tienen un doble filo: por un lado, permiten descubrir nuevos talentos; por otro, a veces alientan la ridiculización de personas que creen ser buenas, pero no lo son”.
Finalmente, ¿hay algo, aparte de la voz, en lo que se parezcan Freddie Mercury y Marc Martel? “Creo que Freddie se mostraba muy intenso sobre el escenario, pero fuera de él solía ser más tranquilo. Podría identificarme con eso. Ser como una especie de Dr. Jekyll and Mr. Hyde: cuando estoy en un concierto realmente me enciendo. Pero cuando bajo, soy mucho más calmado y tímido”.