Un nuevo libro repasa los artistas con los que mantuvo contacto el legendario Freddie Mercury.
Freddie Mercury era un personaje complejo. Una nueva y particular biografía de Queen narra una larga lista de episodios sobre la vida tanto del cantante como de Queen. Dejan claro a quién amaba y a quién despreciaba el carismático líder del grupo.
Entre las relaciones del artista que disecciona Magnifico: The A to Z of Queen, fruto de los amplios conocimientos y numerosas entrevistas del periodista Mark Blake, están la cercana amistad con Monserrat Caballé, la relación frustrada con Michael Jackson, la feroz competitividad con David Bowie o la tensión inicial con Sex Pistols.
Montserrat Caballé
«Él era un fan enorme de la ópera, y había ido a verla en Londres, en Covent Garden», cuenta a Blake sobre la admiración que sentía Mercury hacía Caballé. «(Mercury) nunca se centró únicamente en música rock o música pop. Tenía toda una serie de influencias extrañas», agrega el autor del libro, que sale a la venta el 11 de noviembre, en el mismo mes en que se cumplen treinta años de la muerte del artista.
El capítulo sobre la soprano barcelonesa detalla la primera reunión entre Mercury y Caballé en un salón privado del Hotel Ritz en Barcelona, en la que el británico admitió que estaba tan intimidado que «no sabía cómo tratarla». Fue ese encuentro, en el que la española interpretó equivocadamente que Mercury había hecho una canción para ella, el que desembocó finalmente en la composición por parte del líder de Queen y de su colaborador, Mike Moran, de «Barcelona», la canción con la que se inauguraron los Juegos Olímpicos en 1992.
Barcelona
«Se lo inventaban según iban componiendo», afirma Blake sobre el carácter completamente improvisado de la creación por parte de Mercury y Moran tanto de Barcelona como del álbum completo del mismo nombre que el británico y la española acabaron grabando juntos en 1987.
Entre las fuentes más frecuentes de Blake para escribir este libro, que de momento no se prevé sea publicado en español, está el guitarrista de Queen, Brian May, y el batería, Roger Taylor, a quienes ha entrevistado numerosas veces en los últimos 30 años.
«Hay mucho material que no había usado antes», apunta.
Michael Jackson
Sobre su relación con otro de los grandes de la música, Michael Jackson, el libro expone una serie de hechos que dejan caer que, aunque inicialmente se llevó bien con el rey del pop y existió una admiración mutua durante años, la relación acabó enfriándose. Blake recuerda que, en 1983, Jackson invitó a Mercury a grabar una serie de canciones a su rancho de Encino (California, EE.UU), aunque las canciones nunca llegaron a ser completadas porque el británico tuvo que volver a Londres.
De hecho, dos de las canciones en las que Mercury había participado para el álbum Victory de Jackson 5 fueron finalmente lanzadas con la voz de Mick Jagger, no con la suya, algo que, según May, enfadó al cantante de Queen. En 1987, cuando Jackson publicó su disco Bad (Malo), Mercury propuso: «Deberíamos titular nuestro próximo álbum Good (Bueno)».
David Bowie
Bowie sale algo mejor parado que Jackson en el libro, en el que se subraya la clara competitividad que había entre los miembros de Queen y el responsable de Heroes, quien por ejemplo se les adelantó por poco con una innovadora vestimenta femenina sobre el escenario. La rivalidad durante más de una década, sin embargo, desembocó en 1981 en el éxito «Under Preassure», que supuso un aire fresco tanto en la carrera de Queen como de Bowie.
Sex Pistols
De los Sex Pistols, la obra destaca la tensión inicial entre ambos grupos, diametralmente opuestos, cuando coincidieron en el mismo estudio de grabación londinense en el verano de 1977. «Nos miramos unos a otros con desconfianza al principio, pero eran unos chavales con los pies en la tierra», contó el batería de Queen a Blake. «Excepto (el bajo) Sid Vicious. Él era un zoquete total», agregó.
Aunque Blake cuenta con una larga y variada lista de fuentes, admite no haber hablado ni con el bajista del grupo, John Deacon, ni con la que fue pareja de Mercury, Mary Austin, considerada una figura esencial en su vida que se convirtió en su amiga cercana cuando el cantante admitió que era homosexual. Ambos, asegura, están muy alejados de los focos y «hacen su propia vida», sin querer hablar con los medios.