Según el Dr. Jacob Jolij, investigador de neurociencia cognitiva, estas melodías cumplen la fórmula de la alegría. Lidera Queen.
Se ha demostrado sobradamente el efecto positivo que ejerce la música sobre nuestro cerebro. Pero ahora, según asegura el Dr. Jacob Jolij, investigador de neurociencia cognitiva, parece ser que determinadas canciones son capaces, incluso, de hacernos más felices. Y Queen no podía faltar.
El doctor ha inventado una fórmula que juzga la capacidad de una melodía para hacernos sentir bien. Los temas musicales llevados a estudio han sido evaluados conforme a diversos criterios: el tempo (un mínimo de 150 BPM); el optimismo de la letra; y si han sido compuestos en clave mayor o menor.
Como resultado a sus investigaciones, el científico elaboró una playlist con las 10 canciones que nos hacen más felices. Si bien el ránking incluye exclusivamente títulos anglófonos y un tanto antiguas, es innegable que los grandes éxitos del Dr. Jolij transmiten grandes todos dosis de buen rollo…
1. Don’t Stop Me Now (Queen)
Don’t Stop Me Now (No Me Pares Ahora) es una canción realizada como sencillo del disco Jazz, y es la canción número doce de ese álbum. El tema se basa en el piano tocado por Freddie, mientras entraban a hacer acompañamiento Roger y John con la batería y el bajo respectivamente, en la versión de estudio, Brian solo interviene con la guitarra durante el solo, mientras que en la versión en vivo que apareció durante el Jazz Tour y el Crazy Tour, tocaba acordes para darle un sonido más inclinado hacia el rock.
Si bien la canción alcanzó el noveno puesto en las listas británicas, superando a Bicycle Race / Fat Bottomed Girls, que solo alcanzó el puesto número ochenta y seis en Estados Unidos.
2. Dancing Queen (Abba)
3. Good Vibrations (The Beach Boys)
4. Uptown Girl (Billie Joel)
5. Eye of the Tiger (Survivor)
6. I’m a Believer (The Monkeys)
7. Girls Just Wanna Have Fun (Cyndi Lauper)
8. Livin’ on a Prayer (Bon Jovi)
9. I Will Survive (Gloria Gaynor)
10. Walking on Sunshine (Katrina & The Waves)
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.fr.