Es uno de los grandes misterios sin resolver tras la muerte del líder de Queen. Freddie Mercury le confesó a Mary Austin dónde quería descansar en paz.
Freddie Mercury es uno de los iconos incuestionables en la historia de la música. Su forma de entender el rock, su voz y su forma única de moverse sobre el escenario le ha convertido en uno de los mejores artistas del siglo XX. Mary Austin fue su gran amor.
El enorme éxito de la película «Bohemian Rhapsody» volvió a ponerlo en primera fila y todo lo que rodeó la vida (y la muerte) del líder de Queen volvió a saltar a los titulares.
Una de las historias que nos recuerda el filme, protagonizado por Rami Malek, es la peculiar relación que mantuvo con Mary Austin hasta su fallecimiento. De amor al principio, de fiel amistad hasta el final, su relación siempre fue intensa. Hasta tal punto que Mercury la convirtió en su heredera. Además, fue a la única persona a la que confesó dónde quería que descansaran sus cenizas después de morir.
Este es precisamente uno de los grandes misterios que ha rodeado al enigmático Mercury. Ahora, siguiendo la estela del éxito de «Bohemian Rhapsody», ha vuelto a salir a la luz el documental «Freddie Mercury, The Untold History» («Freddie Mercury, lo que nunca se ha contado»).
Realizado en el año 2000 por Rudi Dolezaly Hannes Rossacher, nos acerca a la vida del cantante desde sus primeros años a través de sus familiares y amigos más cercanos.
Durante la entrevista a Mary Austin, ésta revela con todo detalle el día en que Mercury le contó a ella, y solo a ella, cuáles eran sus últimos deseos.
«Me lo dijo de repente, después de comer un domingo: “Sé dónde quiero que me pongas exactamente. Pero no quiero que lo sepa nadie porque no quiero que me desentierren”. Esas fueron sus palabras exactas. “Quiero descansar en paz”», afirma emocionada Mary que le confesó el cantante en un momento del testimonio.
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— A Queen Of Magic (@aqueenofmagic) March 24, 2019
«Soy así»
La respuesta concuerda con la actitud que tomó Mercury en la última etapa de su vida, donde ya parecía pesarle la presión y el peso de la fama y quería mantener su privacidad a toda costa.
Así se refleja en los comentarios que realizaba: «Al final, todos los errores y las excusas me corresponden a mí. Me gustaría sentir que estoy siendo honesto conmigo mismo. Me importa una mierda lo que la gente dice de mí. No me arrepiento de ninguna de las cosas que hice. Sólo soy yo».
Tras la muerte de Freddie, Mary Austin recibió como herencia la casa en la que vivió el cantante hasta su muerte. Es una de las más grandes de uno de los barrios más exclusivos de Londres. Además, recibe un porcentaje del éxito de taquilla de «Bohemian Rhapsody», que se calcula en torno a los 45 millones de euros.