¿Cuándo y por qué dijo esto Brian May, el guitarrista de Queen?
Siempre lo hemos pensado de esta manera: un grupo musical no es simplemente el resultado de la suma del talento de los individuos que lo componen. Es la química que existe entre ellos lo que le da una grandeza, la que les permite destacar porque cada persona importa y puede ser vital con su actitud y aportación. Así de claro lo tenemos nosotros, y también Brian May.
Retrocedemos a la mitad de la década de 1970. Freddie Mercury, Roger Taylor, John Deacon y Brian May ya tenían dos discos publicados en el mercado. No es que la situación se pudiese clasificar de exitosa, pero en el Reino Unido ya era popular el grupo Queen. “Keep Yourself Alive”, “Liar”, “Nevermore” o “White Queen” no eran canciones extraordinariamente conocidas, pero sí que tenían calado entre oyentes que deseaban escuchar nuevas formaciones de rock. En algunas publicaciones escritas ya se consideraba al grupo como el segundo mejor entre las nuevas formaciones británicas. Este apoyo no se traducía en dinero, pero sí en ilusión.
La composición “Seven Seas Of Rhye” ya abrió nuevos horizontes para el grupo. Y claro, el mayor deseo para los músicos siempre ha sido visitar Estados Unidos. Es como la gran prueba de fuego. Triunfar en el considerado como el país de las oportunidades era una experiencia básica para poder comprobar, de primera mano, si Queen podía dar un salto cualitativo. Era el año 1974 y Queen aún era un grupo invitado o como se conoce más popularmente, telonero. Mott The Hoople era la opción a la que acompañar.
Aterrizaron en Denver con un proyecto de gira ilusionante que se vio alterada por el estado de salud de Brian May. Además de algunos síntomas menores y dolencias posteriores de mayor seriedad, al guitarrista le diagnosticaron hepatitis. Se acabó el sueño repentinamente. Había que volver a casa.
Según Michael O’Neill en su libro “Queen: A Kind Of Magic. Una historia ilustrada”, Brian tuvo que pasar seis semanas en cama. Aunque después hizo el esfuerzo de volver a estar con sus compañeros, le detectaron una úlcera de duodeno. Solución: una operación y de nuevo, descanso intenso. El guitarrista declaró: “Ni siquiera puedo salir de la cama para participar en todo esto. Quizá el grupo tenga que seguir sin mí”.
Por supuesto, Freddie Mercury, Roger Taylor y John Deacon continuaron confiando en el guitarrista. Mientras se recuperaba, Queen trabajaba en su nuevo disco, titulado “Sheer Heart Attack”, uno de los más destacados para muchos de los seguidores del grupo.
Finalizamos este texto con la misma idea con la hemos empezado: un grupo de música es el resultado de la química que hay entre los músicos que lo componen. Y Brian May lo vivió en primera persona, aunque fuese guardando reposo obligatoriamente.