Así eran las extravagancias de Queen durante las giras

freddie mercury cuero queen

El jefe de equipo durante las giras de Queen, Peter Hince, publicó un libro en el que devela las personalidades de los miembros de Queen en la carretera.

Bohemian Rhapsody, la biopic de Queen centrada en la figura de Freddie Mercury, significó no solo un éxito cinematográfico, también el resurgir de la banda británica que desde comienzos de los 70 -hasta la muerte de Mercury en 1991- publicó canciones exitosas compuestas por cada uno de sus miembros, y realizó conciertos memorables como el Live Aid de 1985 y Wembley de 1986.

Más allá de las canciones inmortales, recitales masivos y una leyenda de la historia del rock, hay una faceta que pocos conocen: el tras de escena de las giras.

En 2011, el roadie y jefe de equipo en los tour de la banda, Peter Hince, publicó un libro llamado Queen Unseen: My Life with the Greatest Rock Band of the 20th Centuryen el cual narra -en primera persona- cómo eran Freddie Mercury, Brian May, Roger Taylor y John Deacon —los cuatro miembros de Queen— tras bambalinas.

En un extracto del libro, Hince comienza su narración diciendo que a menudo Mercury se rehusaba a cantar poco antes de salir al escenario: “Precisamente donde quiere estar, en el centro de atención de todos, y haciendo el rol de ‘drama queen’ a la perfección”.

Mañas y cábalas

“Fred se pone de pie, agita sus brazos teatralmente y ruidosamente repite su sentir: “Te estoy diciendo que no puedo hacer este show, mi voz está desgarrada. Estoy acabado!”, recuerda Peter Hince según registra en su libro, pero tras ese reclamo, Mercury no duda en gritar y fumar algunos cigarros. “Eso realmente ayuda a la voz, Fred…”, comenta Hince con tono irónico.

Mientras Brian May y Roger Taylor intentan convencerlo, John Deacon se recuesta en el sillón y escucha música con audífonos. Parece una escena a la que los miembros de Queen están acostumbrados.

Cuando se presentaban en recintos como teatros, con camerinos dedicados a los artistas, no había mayores cambios que hacer. Distinto era el caso de las locaciones generalmente destinadas a los eventos deportivos. Para esas locaciones, se exigía al equipo ‘redecorar’ las habitaciones para una “visita digna de Queen”.

Instalando alfombras, lámparas, cuadros, espejos, flores, tablas con comida, variedad de bebestibles y “elementos relajantes para la comodidad de la banda”; entonces así se consideraba cómo el camerino debía recibir a los músicos.

Freddie, por su parte, pedía que sobre su piano dispusieran vasos con champaña -que Hince aseguró en su libro, cambiaba por agua mineral-, y cuando estaban “tensos” o “irritables”, insistían en que los teloneros bajaran el volumen para que pudieran “prepararse en paz”.

“Elige tú el setlist”

Una escena en particular que recuerda Hince fue preguntarle a Freddie Mercury -como jefe técnico encargado- cuál será el repertorio del show. “No lo sé, ¿por qué no adivinas?”, respondió. Ante la frustración e insistencia del roadie por saber qué canciones tocarán, Mercury respondió: “Ok, entonces elige tú”.

Esto era muy halagador, pero no muy constructivo, así que sugerí algunas canciones de Led Zeppelin, clásicos de los Stones y ‘¿Quizás podrían tocar algunos temas de ustedes, Fred?’.

Golpeándome con una toalla, o lo que sea que tuviera en la mano, me perseguía por el camerino gritando: ‘Lo mismo que en el último maldito show’.

Las canciones cambiaban de nombre en el contexto ‘gira’. “Bohemian Rhapsody” se transformaba en “BoRhap” y “We Are The Champions” en “Champions” como abreviatura. Además, el equipo jugaba con los nombres de algunos temas alterándolos sutilmente: “We will rob you” (We will rock you), “Now I’m Queer” (Now I’m here) y “Trash!” (Flash).

Con grandes cantidades de alcohol solicitadas para el catering, Freddie Mercury y Roger Taylor gritaban muy fuerte en tono agudo, “como una pareja de gatos nocturnos”. Roger además, tendía a golpear con sus baquetas todo lo que encontrara a su paso.

Post show la rutina cambiaba. Roger Taylor optaba por relajarse bebiendo y tomando oxígeno, y Freddie se quitaba la camiseta, se recostaba, se cambiaba de ropa, tomaba un refresco e ingería Strepsils (antiséptico para la garganta).

John Deacon, en tanto, fumaba unos cigarros y hacia pausas para lanzar maní a Brian May, quien solía aislarse y descansar en solitario.

El peor show de Queen

Según registra Hince en su libro, solo hubo un show de Queen que considera “decepcionante”. El único concierto que dieron en Nueva Zelanda.

El recital tuvo lugar en el Mount Smart Stadium de Auckland en 1985, “un país hermoso, pero difícilmente un paraíso para ir de gira, con su severa falta de clubes, drogas y mujeres fáciles”.

Cuando Freddie subió al escenario, llegó tarde y en evidente estado de ebriedad. “¿Aburrimiento o mala influencia?”, cuestiona su rodie en el libro. Según él, fueron ambos factores.

Mercury se reía y olvidada las letras de las canciones. “Estaba a destiempo e incluso me preguntó qué canciones debía cantar”, cuenta Hince. Si bien destaca que el show no fue un desastre, agrega un momento bochornoso durante la performance.

Hacia el final de show, interpretaron el clásico de Elvis Presley “Jailhouse Rock”, para lo cual invitaron a subir al escenario a Tony Hadley, vocalista de Spadau Ballet. Sin embargo, Hadley no se sabía la letra de la canción. “¡Un cantante de rock que no se sabía la letra de ‘Jailhouse Rock’ de Elvis!”.

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