El Liceu se vistió de gala para celebrar el 86 aniversario de la soprano, fallecida el año pasado, en un acto que se cerró con una canción mítica: «Barcelona», el himno que la catalana cantaba con el líder de Queen.
El Liceu se vistió de gala, otra vez, para recordar a Montserrat Caballé, que ayer habría cumplido 86 años. La fiesta se cerró con una canción mítica: «Barcelona», el himno que la catalana cantaba con el líder de Queen. Aquí te contamos su historia.
Caballé no cautivó solo los oídos de nuestro país (de hecho, la propia soprano llegó a afirmar en una entrevista a ABC que le costó que sus encantos fueran bien considerados en la Península), sino que también atrajo la atención de grandes músicos y artistas internacionales.
La lista es interminable. Luciano Pavarotti, Plácido Domingo,Josep Carreras, Jaume Aragall, Joan Pons… Todos ellos tuvieron el privilegio de entonar diferentes notas a su lado.
Sin embargo, hubo una colaboración que hizo tambalearse de emoción a nuestro país: la de Caballé con la cara más conocida del grupo Queen, Freddie Mercury. Ambos compusieron y dieron vida en 1988 a la mítica canción «Barcelona» con motivo de los Juegos Olímpicos de la Ciudad Condal.
Mercury, excéntrico y genial a la par, siempre se había declarado un fan de la ópera y, por descontado, de la soprano española. Así pues, la magia no tardó en aparecer entre ambos cuando se conocieron en Barcelona allá por 1987.
Poco después, la ciudad tuvo la suerte de ser elegida para albergar los Juegos Olímpicos que se celebrarían en cinco años después y la organización le solicitó componer una canción para recordar ese precioso momento.
De forma instantánea, la soprano se puso en contacto con Mercury para que colaborara con ella. El resultado fue una emotiva canción llamada «Barcelona» que compuso el británico y en la que Caballé a puso el soporte lírico.
Curiosamente, la letra se escribió casi en su totalidad en inglés, aunque la española también le dio su toque castizo e incluyó varias estrofas en nuestro idioma.
«Barcelona» fue un éxito de ventas tras ser seleccionada como la canción oficial de los Juegos Olímpicos. Sin embargo, los números no son comparables a la emoción que sintió España entera cuando pudo ver en directo a Caballé y a Queen entonándola en 1988 en el festival La Nit (donde fue presentada).
Fuente: ABC.