Los rumores sobre su posible participación empezaron a correr hace unos días.
Es el hombre de moda en Hollywood. Rami Malek se ha convertido en el actor revelación de este año gracias a su transformación en Freddie Mercury para Bohemian Rhapsody, la película biográfica sobre el fallecido cantante de Queen. Ese papel le ha valido un Globo de Oro a mejor actor esta misma semana en Los Ángeles. Y podría suponerle también una nominación al Oscar a mejor actor, algo que se dará a conocer el 22 de enero. No hay duda. Ahora todos lo quieren.
Este actor californiano procedente de una familia egipcia, podría convertirse en el próximo villano de la nueva película de James Bond. Los rumores sobre su posible participación empezaron a correr hace unos días y el actor se acaba de pronunciar diciendo que estaría “totalmente” dispuesto a ser parte de la próxima edición de la saga, que será la última de Daniel Craig como agente 007.
“Bueno, tendremos que verlo. Sería increíble interpretar a un villano, otro papel soñado para mí. He podido interpretar grandes papeles últimamente y oye, quién sabe. No puedo hablar sobre ello” ha declarado recientemente Malek. “Si me lo hubieran ofrecido, habría dicho que sí. Absolutamente”.
Se metió tanto en la piel del cantante que se acabó enamorando de la actriz que encarna al amor de su vida
Malek, que se encuentra ahora trabajando en la que será la cuarta temporada, y última, de la aclamada serie psicológica Mr. Robot, en la que interpreta a Elliot Alderson, tiene mucho en común con esa leyenda de la música que era Farrokh Bulsara, el verdadero nombre de Mercury. Sobre todo en el tesón y la confianza ciega en sí mismos y al hecho de ser hijos de inmigrantes.
Freddie era británico de origen parsi e indio y Rami nació hace 37 años en California en el seno de una familia egipcia de fe cristiana. Se metió tanto en la piel de Freddie que hasta se acabó enamorando de la actriz Lucy Boynton, de 24 años, que encarna a Mary Austin, la que fue el gran amor de la vida del popular cantante.
Pero este momento de gloria no ha sido un golpe de suerte. Malek, cuyo rasgo más destacado son sus ojos saltones, lleva años en el mundo de la interpretación. De hecho, empezó a formarse como actor desde su niñez. Y a los 13 años hizo su primera actuación.
“Mis padres eran inmigrantes de primera generación que vinieron de Egipto y crecí en un entorno en el que ellos vinieron a Estados Unidos, buscando el sueño americano. Y eso para ellos significaba que sus hijos serían médicos y abogados. Pero una parte de mí se sentía diferente. Una vez, hice una lectura dramática frente a mis padres en la escuela secundaria. Fue muy importante para mí haberme transformado en otra persona frente a ellos. Fue muy conmovedor porque ellos pudieron ver que algo más estaba sucediendo con su hijo. Entonces pensé: ‘¡Vaya!, hay algo muy especial en lo que acaba de suceder aquí, y si puedo vivir de ese sentimiento, entonces sí me gustaría seguir haciendo esto el resto de mi vida’. Y aquí estoy”.
De sus inicios destaca que compartió clases de teatro con la actriz Kirsten Dunst en la escuela superior. Hizo algunos pequeños trabajos teatrales antes de debutar en la televisión estadounidense, en el 2004, como Andy en la famosa serie Las chicas Gilmore. También ha participado en la serie Medium y ha dado vida a un terrorista suicida egipcioestadounidense en la octava temporada de la serie 24, protagonizada por Kiefer Sutherland. Otros hitos importantes en su carrera han sido convertirse en el vampiro Benjamin en la segunda parte de Amanecer, de la saga C, e interpretar al faraón Ahkmenrah en la exitosa saga de Noche en el museo.
El intérprete tiene un hermano gemelo, Sami, cuatro minutos menor que él, que es profesor de escuela
Entre las curiosidades de su vida privada, destaca que tiene un hermano gemelo, Sami, que es cuatro minutos menor que él, pero que no se dedica a la interpretación, sino que es profesor en una escuela. También tiene una hermana mayor, Yasmine, que es doctora. Sus padres los han educado en la fe cristiana y Malek sólo tiene buenas palabras para ellos. Recuerda el actor que en pleno rodaje le dijeron que tenía que ponerse unos leggins de lentejuelas plateadas en una escena. Malek pensó que no iba a poder interpretar esa secuencia por el sentimiento de vergüenza que le invadía.
“Entonces recordé el consejo que mi padre me dio cuando era niño: ‘Nunca desperdicies una oportunidad que te brinde la vida, y menos aquí en Estados Unidos. Si tienes que hacer algo, a menos que fuera hacerle daño a una persona, hazlo, salta sin miedo al agua, trata de hacer algo especial con tu vida’. Y en ese momento no pude pensar en nada más especial que contar la historia de este hombre, Freddie Mercury, y hacer lo que hago para ganarme la vida como actor”. Y vaya si lo ha hecho.