La soprano Montserrat Caballé, que se encontraba ingresada desde septiembre, ha fallecido en el Hospital Sant Pau de Barcelona.
Montserrat Caballé, una de las sopranos más grandes del siglo XX, ha muerto la madrugada de este sábado a los 85 años en el hospital Sant Pau de Barcelona, han informado fuentes hospitalarias. La soprano se encontraba ingresada desde mediados de septiembre en dicho centro hospitalario por un problema de vesícula.
El funeral de la artista, de voz prodigiosa, se celebrará el lunes al mediodía en el tanatorio de Les Corts, mientras que el velatorio será este domingo a partir de las dos de la tarde en el mismo tanatorio, según fuentes funerarias.
La soprano, que debutó profesionalmente en 1956 y se retiró hace unos años, ofreció más de 4.000 actuaciones en este tiempo y era una de las últimas grandes divas de la ópera. Sin embargo, tal y como explicaba ella misma en una entrevista en 2014, Caballé rechazaba este apelativo: “No me considero una leyenda de la ópera, ni tampoco la última diva, como a veces escriben los periodistas. Cada época tiene sus divos y en mi caso lo único que he hecho es hacer bien mi trabajo, lo mejor posible, al más alto nivel”.
Mujer cercana, de gran humanidad y que siempre demostró un particular sentido del humor, inició su reinado en 1962 en al Gran Teatro del Lice con Arabella y empezó a forjar su mito cuando el 20 de abril de 1965 tuvo que sustituir en el Carnegie Hall de Nueva York a una indispuesta Marilyn Horne, recordándose desde entonces su interpretación de Lucrecia Borgia.
The New York Times llegó a resaltar que Montserrat Caballé era poseedora de una voz combinación entre las legendarias Maria Callas y Renata Tebaldi. De su voz se ha destacado que era plena, potente y bella, que estaba dotada de tersura, nitidez, pureza o suavidad, y que su timbre era iridiscente y tornasolado.
En su prolífica trayectoria, nada se le resistió y tanto interpretó Così fan tutte, de Mozart, como Norma o I puritani, de Bellini, como el repertorio verdiano, o las protagonistas de Isolda y Sieglinde, de Wagner. Tosca, La Bohème, Madame Butterfly y Turandot, el cuarteto de Puccini, también formaron parte de un repertorio que alcanzaba cerca de noventa personajes.
A lo largo de su carrera, Caballé compartió escenario con todos los grandes artistas, aunque reconocía que tuvo una química especial con tres de ellos: Pavarotti, Plácido Domingo y Carreras. “Cuando cantaba Manon Lescaut con Plácido Domingo, que estaba maravilloso, él me decía que descubría un nuevo mundo cantando conmigo y a mí me sucedía lo mismo. Con José Carreras he tenido una relación muy especial, nos quedábamos embelesados escuchándonos mutuamente. Y con Luciano Pavarotti, es que era como un padre”.
La versatilidad de Caballé fue un paso más allá en 1988 cuando grabó junto a Freddie Mercury el álbum Barcelona. La canción con el mismo título se convirtió en el himno de los Juegos Olímpicos de 1992. “Para el mundo de la ópera fue una revolución, una auténtica revolución”, reconocía la soprano unos años más tarde.
Sus más de 50 años de carrera han estado trufados de premios y reconocimientos, como el Príncipe Asturias de las Artes en 1991 o varios doctorados honoris causa de universidades como el de la Internacional Menéndez Pelayo o la de Barcelona, también colaboró con la Unesco y fue embajadora de buena voluntad de la ONU.
En los últimos años, sus achaques de salud fueron también noticia al provocar la cancelación de algunos compromisos. En 1983 tuvo una insuficiencia cardiaca y tres años más tarde se le diagnosticó un tumor cerebral benigno —lo que hizo público en 2006—; en 1996 fue operada de hernia epigástrica, una dolencia que la volvió a llevar al quirófano en 2000 y 2001, y en 2012 la cantante fue intervenida en la clínica Teknon de una fractura de húmero derecho, lesión que se produjo durante un viaje a Rusia después de caer al suelo como consecuencia de un ictus leve.
Tres años después, en diciembre de 2015, aceptó la pena de seis meses de cárcel por defraudar medio millón de euros a Hacienda en 2010. Caballé ratificó el pacto al que llegó con la Fiscalía y la Abogacía del Estado en unas declaraciones que, por motivos de salud, realizó desde su casa y a través de videoconferencia. Para no cumplir la condena la cantante tuvo que pagar de multa 240.000 euros. Caballé admitió que, en 2010, figuró como residente en Andorra para pagar menos impuestos a pesar de que vivía, en realidad, en Barcelona. Su última actuación se produjo en agosto de 2014, dentro del Festival de Música de Cambrils, donde actuó junto a su hija Montserrat Martí.