Gesto de sinceridad y respeto de David Bowie hacia Freddie Mercury en el día de su homenaje en el Estadio de Wembley.
Durante la presentación de los libros que hemos escrito o también en diversas intervenciones públicas en las que se nos ha invitado, solemos enfatizar un concepto: el respeto hacia todas las personas, y también el apoyo en voz alta para aquellos que nos han ayudado, que son importantes para nosotros o que admiramos.
Y, en la última conversación que tuvimos al respecto, nos acordamos de David Bowie. Es innegable que el mundo creativo, artístico y musical ha perdido a uno de sus referentes desde la muerte de “el Duque Blanco”. Independientemente de los gustos musicales de cada individuo, es cierto que está catalogado por algunos críticos como un genio. Y para ellos, lo demostró de sobra.
Ahora retrocedemos hasta el año 1992. Concretamente, al día 20 de abril. Como ya sabéis, más de 70.000 personas asistieron al homenaje que el mundo de la MÚSICA (así lo escribimos, en mayúsculas) le tributó a Freddie Mercury. Y entre ellos, cobró un protagonismo especial David Bowie.
No solamente por cantar al unísono el tema “Under Pressure” junto a Annie Lennox, sino por su sinceridad. Está claro que el fallecimiento de Freddie Mercury supuso un duro golpe en el mundo del rock y según nuestro entender, David Bowie fue quien exteriorizó ese dolor interior que sentían los artistas que participaron en ese gran homenaje.
Respeto y admiración
Por eso, y aunque hayan pasado muchos años, recordamos el momento en el que “el Duque Blanco” se dirigió al público asistente (y por extensión, a los más de 500 millones de personas que siguieron la retransmisión por los medios de comunicación) para rezar una oración.
Y lo hizo sin esconderse, sin medias tintas. Reflexionó brevemente pero con profundidad sobre Freddie Mercury, sobre las víctimas del SIDA. Sin titubear, hincó una de sus rodillas en el escenario y empezó con su rezo, con el Padre Nuestro. El público fue muy respetuoso durante ese momento porque entendió que, aunque en el mundo encontremos diferencias religiosas, por encima de todo se encuentran las personas. Y ese respeto tiene que ser eterno.