Son palabras de Rami Malek, que protagonizará la película Bohemian Rhapsody, dando vida al legendario Freddie Mercury.
Cuando los integrantes de Queen Freddie Mercury, Brian May, Roger Taylor y John Deacon concibieron el tema Bohemian Rhapsody a mediados de los 70, ejecutivos y músicos por igual pensaron que nunca llegaría a escucharse en la radio. Duraba demasiado. Casi seis minutos.
El tiempo, casualidades de la vida, también ha marcado la llegada a los cines del ‘biopic’ sobre la banda británica. Con ese mismo título, se estrenará en cines casi diez años después de que fuera anunciada.
Tras cambios de estudio, múltiples retrasos, rumores sobre el ‘casting’ y hasta el despido de su director Bryan Singer (X-Men, Valkiria) -que por orden del Sindicato de Directores mantendrá el crédito en solitario aunque Dexter Fletcher (Eddie el Águila) lo remplazó para terminar un caótico rodaje-, el filme verá la luz el 31 de octubre.
Controversias aparte, Graham King, ganador de un Oscar por Infiltrados (2006) y productor de Traffic (2000), Ali (2001), Gangs of New York (2002), El aviador (2004) y Argo (2012), prefiere centrarse en lo que le llamó la atención cuando el proyecto empezó a fraguarse en 2010.
“Creo que Freddie tenía los ingredientes adecuados para hacer una película y, por encima de todo, estaba la música. La música de Queen hermana a las personas. Su música hace que quieras abrazar a tu vecino […] He hecho la historia de Howard Hugues [en El aviador], la de Muhammad Ali [en Ali], la de Tony Mendez en Argo, y tuve la misma sensación con la historia de este hombre”.
Twentieth Century Fox difundió el primer ‘teaser’ de Bohemian Rhapsody en mayo de 2018 y anotó más de cinco millones de visualizaciones en sólo 24 horas. Pero también hubo críticas, entre ellas las de Bryan Fuller. Como otros muchos, el creador de Pushing Daisies y Hannibal, abiertamente gay, recriminó que el avance se centrara en la relación del cantante con las mujeres y no abordara ni su homosexualidad ni su diagnóstico de sida a finales de los 80.
“Cuando cuentas la historia de alguien que ha sido tan icónico, siempre vas a recibir críticas”, opina King. “Ahora vivimos en un mundo en el que la gente quiere un análisis de un ‘teaser’ de 90 segundos. Yo no puedo entender cómo puedes hacer eso y decir que eso es la película. Porque, la mayoría de las veces, la queja es que has contado toda la película en dos minutos. Pero también recibes quejas si haces lo contrario. Y a la prensa le encanta fijarse en lo negativo. Tuvimos 140 millones de visualizaciones. Hasta el estudio pensó: “¡Guau!”.
Malek siempre fue Freddie Mercury
En estos casi diez años, “una carrera de obstáculos” según el productor, Sacha Baron Cohen (Borat) y Ben Whishaw (El perfume) han sonado para hacer de Freddie Mercury. Pero, también según él, nunca hubo otro ‘casting’.
“Sacha Baron Cohen y Ben Whishaw nunca estuvieron vinculados a la película […] Yo tenía una lista con los actores que pensábamos que podían hacer de Freddie. Ben estaba definitivamente en esa lista. Pero nunca llegamos tan lejos. Cuando tuvimos el guión fue cuando conocí a Rami. Y era él. Ahí se acabó todo […] No es que los rumores estuviesen equivocados. Eran cotilleos. Hubiésemos tenido problemas si hubiéramos cogido a un actor blanco para hacer de Freddie Mercury. Porque cómo va a ser blanco e inglés un tipo nacido en Zanzíbar y criado en Bombay. Rami -americano de raíces egipcias- tenía esos ingredientes en su herencia y sus orígenes. Ben es un actor increíble y me hubiese encantado trabajar con él. Pero, de nuevo, era sólo un nombre en nuestra lista”.
“Nadie puede cantar como él. Imposible. Puede hacer lo que quiera, del rock a la ópera […] A veces era como un bailarín sobre el escenario, y después era un rockero, un tenor, y de tenor pasaba a barítono. No hay nadie como él. Es único. Una fuerza de la naturaleza. Es elegante y radical, en su técnica y en su sonido, y nunca habrá otro como él”
Rami Malek, visiblemente tímido pero increíblemente elocuente, confiesa estar “emocionado” pero “inquieto” ante la posibilidad de que el público vea su interpretación. Cuando visitó el despacho de King, este supo inmediatamente que sería él.
“Era un poco siniestro lo cerca que estaba de ser Freddie. Y, por supuesto, estaba haciendo un poco de él. Pero no había tenido tiempo y no había trabajado demasiado para hacerlo”.
No era tarea fácil meterse en la piel de alguien nacido en Zanzíbar en 1946, enviado a principios de los 50 a un internado cerca de Bombay, en la India, y ciudadano británico desde los 18 años como consecuencia de la revolución de Zanzíbar de 1964 que dio lugar al nacimiento de Tanzania. Pero el protagonista de la serie de USA Network Mr. Robot siempre lo tuvo claro.
“Siempre lo miré de esta forma: ‘Nunca voy a ser Freddie Mercury’. Esa es una misión imposible. Sólo hay un Freddie Mercury. A lo máximo a lo que puedo aspirar es a crear alguna esencia de él”.
No a las imitaciones y a la prótesis dental
Ni King ni Malek querían hacer un plagio de Mercury. “Cuando un actor interpreta a una persona real tan legendaria, tiene que aportar algo de sí mismo”, razona el productor. “No es una imitación. Will [Smith] lo hizo fantástico en Ali, y lo mismo pasa con Rami. No piensas en quién está cantando las canciones cuando ves la película -aunque Malek canta algunas partes, los productores insertaron audios de Queen y del cantante canadiense Marc Martel. No piensas que no sea exactamente igual que Freddie. No tiene por qué ser idéntico. Lo que quieres es que aporte su propio yo“.
Aunque no ha recurrido a la ayuda de un coreógrafo, el intérprete sí que quería entender cómo se movía Mercury y por qué lo hacía como lo hacía. Para ello, contrató a la entrenadora corporal Polly Bennett. Antes de observar sus pasos sobre los escenarios, los dos se esforzaron para entender la identidad del hombre nacido como Farrokh Bulsara.
“De dónde procedía. Cómo nacer en Zanzíbar influyó en su vida y cómo ir a un internado en la India influyó en su vida. Y, después, volver a casa, cuando Zanzíbar estaba pasando por una revolución, casi como un refugiado, pero inmigrando a Inglaterra”, explica el protagonista.
“En lugar de fijarme en él, empecé a estudiar e investigar a sus, no diría sus héroes, pero sí a la gente que admiraba: Jagger, Bowie, Aretha Franklin… Michael Jackson, incluso siendo tan joven […] Y entonces fue cuando Polly y yo metimos movimiento. Pero no el de una actuación en concreto, sino más bien un: “Cómo te mueves cuando paseas por una habitación”. “Cómo te sientas en una silla”. “Cómo te acercas a alguien con quien no quieres hablar”. “Cómo te acercas a alguien con quien sí quieres hablar”. “Qué haces con las manos en esas situaciones”. “Qué haces con los ojos”.
Mención aparte merece la prótesis dental que tuvo que lucir y a la que tuvo que acostumbrarse Malek durante el rodaje, debido a que los prominentes dientes de Mercury siempre fueron una fuente de vergüenza para él. Al menos hasta que empezó a considerarlos como una extensión de su personalidad escénica.
“No fue difícil”, afirma con una leve sonrisa. “Estaba trabajando en Papillon y tuve que envejecer durante la película. Mi maquilladora me pidió un molde y, mientras estábamos con Papillon, sabía que posiblemente acabaría trabajando en Bohemian Rhapsody. Así que le dije: “Puedes hacer cualquier tipo de dentadura con ese molde, ¿verdad?”. Y ella me contestó: “Claro”. Le enseñé una foto del señor Mercury y me ponía el molde todos los días cuando terminaba de trabajar”.
Un showman único e irrepetible
King ve a Mercury, fallecido en 1991 por una bronconeumonía complicada por el sida, más como un intérprete y un ‘showman’ que como un artista discográfico.
“Le encantaba estar sobre el escenario y tocar en directo frente a 350.000 personas […] Encontró una forma de conectar con el público. Y esa música ha superado el paso del tiempo. Cuando vas a un evento deportivo y escuchas ‘We Will Rock You’ o ‘We Are the Champions’, o cuando las escuchas en la radio y estás con tu familia, no puedes evitar ponerte a cantar estas canciones y sentirte bien. ‘Bohemian Rhapsody’… A los chavales les encanta su música y las generaciones más jóvenes no saben quién es Freddie Mercury”.
Malek, que describe la experiencia como uno de los grandes deleites de su vida, no tiene ninguna duda de que es irrepetible. “Obviamente por sus aptitudes musicales, pero también por su forma de interactuar con aglomeraciones de personas y, en cierto sentido, por animar a todo el mundo. Rompió convenciones y estereotipos y dio la cara por sus creencias […] Nadie puede cantar como él. Imposible”, comenta el actor.
“Puede hacer lo que quiera, del rock a la ópera. ¡Y acabó haciéndolo! Convenció a un sello de música de que iba a hacer un álbum de ópera, que al final hizo. A veces era como un bailarín sobre el escenario, y después era un rockero, un tenor, y de tenor pasaba a barítono. No hay nadie como él. Es único. Una fuerza de la naturaleza. Es elegante y radical, en su técnica y en su sonido, y nunca habrá otro como él”.
Pero, por encima de todo, lo que más obsesionaba a este ‘late bloomer’ de 37 años era reflejar bien su identidad y su humanidad. “Fue capaz de hacer lo que creo que mucha gente tiene ahora el hermoso coraje de hacer: “Soy quien soy. O me aceptas, o me dejas tranquilo” […] Necesitaba asegurarme de que estaban interpretadas con exactitud. Porque, a fin de cuentas, eso es lo que más importa […] Está bien que tus movimientos sean bonitos, tener un buen acento británico… Las cosas pueden parecerse más o menos, pero lo consideraré como un logro personal si consigo acercarme al alma de este hombre”.
Lucy Boynton como Mary Austin
Hay muchos detalles de la vida de Freddie Mercury desconocidos por el gran público. Uno de ellos es la relación que le unió a Mary Austin, a quien conoció a través del guitarrista de Queen Brian May y con quien vivió varios años hasta que le contó la verdad sobre su sexualidad a finales de 1976.
Los dos siguieron siendo amigos, él continuó definiendo su unión como un “matrimonio” y hasta le dedicó varias canciones, ‘Love Of My Life’ entre ellas. Austin, interpretada en la película por Lucy Boynton (Sing Street, Asesinato en el Orient Express), acabó siendo su heredera y vive todavía en su último hogar.
Boynton subraya que no ha podido hablar con la Mary real, circunstancia que ha aportado mayor libertad a su actuación, pero que, al mismo tiempo, ha implicado que esta no se ajuste a la realidad.
“Mary es deliberadamente una persona muy celosa de su intimidad. Por ese motivo no he podido conocerla. No era tan activa en la prensa como Brian y Roger. Pero sí ha hablado de Freddie en público. He investigado mucho, he intentado respetar su privacidad y he hablado mucho con Brian sobre ella […] Cuando descubrí lo reservada que era, me centré en proteger esa intimidad”.
“He hecho películas que han gustado mucho, con gente aplaudiendo y cosas así. Pero ‘Bohemian Rhapsody’ era una atmósfera de pies golpeando el suelo, aplausos, lágrimas… ¡Todo! ¡Todo a la vez! El público ya no siente eso en el cine. Quizá podríamos llevar de nuevo al cine películas con historias y no sólo efectos visuales y superhéroes”
La actriz, de 24 años, conoció a Malek en los famosos Abbey Road Studios de Londres, donde Los Beatles grabaron casi toda su discografía y, por supuesto, también Freddie Mercury.
Lo que más le sorprendió trabajando con él fue su “carácter juguetón” y su capacidad de desvanecerse en el personaje. “Conocí a Rami como Rami. Pero simplemente no estaba ahí en el set; como si se hubiera esfumado. Es bastante extraordinario que viera a Rami de nuevo al final de la jornada y, básicamente, le contara cómo me había ido el día con Freddie. Como si los dos no fuesen la misma persona”.
Apenas hay una mención al despido de Bryan Singer en diciembre de 2017 y a la rápida contratación de Dexter Fletcher sólo dos días después, con quien Boynton rodó casi todo su material. “Nos comprometimos a trabajar todavía más duro”.
Pero la afición adquirida por Queen del reparto es harina de otro costal. “Tendrías que habernos visto en la fiesta para celebrar el final del rodaje. Porque, al final de la película, obviamente, todos nos sabíamos todas las letras. Éramos superadmiradores en ese momento”.
Y eso que, a pesar de esta y de la cinta dirigida por John Carney, a ella no es que le entusiasme la música. “Probablemente soy la persona menos musical que conocerás. Pero aquí y en Sing Street me conquistó y fascinó cómo la música une y conecta a las personas. Y especialmente con las letras que escribieron Freddie, Brian, Roger y John. Aunque están ligadas a su propia experiencia, tan personal, también pueden ser muy personales para millones de personas, lo que es una forma increíble de conectar”.
King corrobora esta valoración rememorando la primera proyección de Bohemian Rhapsody delante de 250 personas. “He hecho películas que han gustado mucho, con gente aplaudiendo y cosas así. Pero esta era una atmósfera de pies golpeando el suelo, aplausos, lágrimas… ¡Todo! ¡Todo a la vez! El público ya no siente eso en el cine. Quizá podríamos llevar de nuevo al cine películas con historias y no sólo efectos visuales y superhéroes”.
Hasta el 31 de octubre, te dejamos su segundo tráiler oficial: