Más de tres décadas han pasado desde que el 23 de noviembre de 1991 Freddie Mercury anunciara que padecía sida.
Apenas veinticuatro horas después, Freddie Mercury falleció a consecuencia de una bronconeumonía complicada por la enfermedad del sida. Dicen que la muerte del artista, considerado como una de las mejores voces de la historia, sirvió para acercar a la escena más visible y pública un virus que hasta entonces se relegaba al secretismo y la marginalidad.
De su óbito nació un mito musical, pero también una concienciación como nunca antes había existido frente a la enfermedad, por mucho empeño que ponían las instituciones públicas. Y ponen, porque aunque la conmoción por el virus de inmunodeficiencia adquirida que causa el sida se ha relegado ante nuevas epidemias, lo cierto es que la enfermedad sigue estando presente en el planeta, especialmente en África.
Atención
Cabe destacar que en la actualidad, no existe cura para la infección del virus, aunque el avance en la investigación ha permitido al menos una terapia. Se conoce como antirretrovirales que permite al menos alargar la vida del paciente hasta edades normales.
La eficacia de este tipo de tratamiento se sustenta en buena parte en el tiempo de diagnóstico. Si el caso se detecta al contraer la infección por el virus es más probable que pueda mantenerse el paciente con vida que si, por el contrario, el diagnóstico llega cuando ya el enfermo presenta los síntomas del sida.
Transmisión
La principal vía de contagio es la transmisión sexual. Las frecuentes campañas que se realizan a lo largo del año para prevenir la enfermedad se centran en fomentar las relaciones sexuales seguras y el uso de preservativo.
En todo el planeta, según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2014 aproximadamente 36,9 millones de personas vivían con VIH y el virus causó 1,2 millones de muertes. Entre su descubrimiento y el año de referencia, la enfermedad ha causado una cifra aproximada de 39 millones de muertes en todo el mundo.
