Alejandro Arbelo.- El pasado 17 de agosto el ISIS volvió a actuar en Europa. Esta vez lo hizo en el corazón de la ciudad de Barcelona y en la localidad catalana de Cambrils (España). Con los primeros ecos de este nuevo atropello masivo, los medios de comunicación de todo el mundo comenzaron a hacer conexiones y emitir imágenes del primer atentado en la popular zona de Las Ramblas. Ante este acontecer, la Policía Nacional española fue muy clara: por respeto a las víctimas y a sus familiares solicitaban no compartir imágenes de heridos en las redes sociales. Este mensaje pronto caló entre los usuarios, que imitaron a los belgas tras el atentado del 22 de marzo e inundaron las redes con gif y fotos de gatitos en todos los hashtags que tuvieran que ver con Barcelona y los atentados.
Pero, en paralelo a esta iniciativa, surgió otra no menos exitosa…Muchos comenzaron a publicar, junto con mensajes de “Fuerza Barcelona” o “Barcelona somos todos”, el videoclip de la canción homónima que compusieron y ejecutaron brillantemente en 1987 Freddie Mercury y la soprano Montserrat Caballé. 30 años después, el espectacular tema “Barcelona” volvía a erigirse como himno, pero esta vez no como emblema de unos Juegos Olímpicos, sino como mensaje de apoyo y solidaridad con la ciudad condal…Aquella tarde pareció que la obra del genio de Zanzíbar y la diva catalana adquiría, si eso es posible, unas mayores cotas de intensidad y magnificencia…
No todo está contado sobre el origen de la canción. Mercury, un apasionado del género lírico, había acudido en 1983 a la Royal Opera House de Londres. Allí había visto interpretar a la española Un Ballo In Maschera (Un Baile de Máscaras), de Verdi, y desde entonces, su deseo de colaborar con Caballé no hizo sino aumentar…
En agosto de 1986, Queen actuaba en España dentro de la gira “Magic Tour” y Freddie aprovechó para dejarse querer…En una entrevista exclusiva al programa de la televisión pública española “Informe Semanal” declaro que su cantante favorita era Monsterrat Caballé y que era a ella a quien escuchaba.
En marzo de 1987, tras la mediación de influyentes personas, Freddie se desplazó a Barcelona para conocer por fin a la soprano. El almuerzo estaba previsto en el Hotel Ritz de la capital catalana y, al ver que la diva se retrasaba, Mercury afirmó estar seguro de que no acudiría a la cita. Pero apareció y comenzó entonces un distendido almuerzo con Peter Freestone y Jim Beach rompiendo el hielo. Al finalizar el mismo, Freddie se puso en pie y dijo: “Querida, tengo aquí un par de cosas, ¿te gustaría oírlas?” Ella asintió y Freddie puso los temas “Barcelona” y “Exercices in free love”. La reacción de Montserrat Caballé no pudo ser más positiva, ya que acto seguido preguntó a Freddie si tenía algo más, cuántos cortes debía tener un álbum y…por qué no grababan uno juntos.
Según Peter Freestone, en ese momento Freddie casi se desmaya. Recuperada la compostura dijo con un movimiento de mano: “¿Por qué no, querida?”. La histórica colaboración estaba en marcha…
Montserrat llegaría a Londres unos días después para cantar en el Covent Garden y, sin que Freddie lo supiera, se puso en contacto con el coautor de “Barcelona”, Mike Moran, y le pidió que le ayudara para poder interpretarla en vivo en dicho espacio…donde sabía que estaría Freddie. Aquel día se fraguó el proyecto común entre ambos.
Solo un mes más tarde, en abril de 1987, Freddie Mercury comenzó a trabajar en el nuevo álbum que habría de grabar con la diva. Para ese entonces, Caballé ya había comprado todos los discos y vídeos de Queen y se había declarado fan incondicional del grupo.
El modo en el que trabajaron en el álbum fue completamente distinto al que Freddie estaba acostumbrado. Montserrat tenía poco tiempo para pasarlo en el estudio y no cantaba hasta encontrarse totalmente preparada. Prefería saber lo que se quería de ella, de modo que Freddie y Mike Moran completaban cada corte, incluyendo una “guía vocal” para la soprano. Tras esto, le enviaban la cinta a la ciudad donde se encontrase en cada momento y ella aprendía la letra e iba al estudio a la primera oportunidad que tuviera para grabar el corte, virtualmente en una toma. Todo ello llegó a resultar muy frustrante por momentos para Mercury…
Nueve meses después, el álbum vio la luz con todo lo que el líder de Queen tenía en mente desde el principio, quedando ambos exultantes con el resultado. Tras finalizar la obra, el comentario de Freddie fue: “¿Qué otra cosa me queda por hacer?”.
Lo que el genial Mercury no sabía es que algo sí le iba a quedar por hacer…Tras la designación de Barcelona como sede de los Juegos Olímpicos de 1992 y la elección del tema de Freddie y Montserrat Caballé como himno de los mismos, la actuación de ambos programada para la ceremonia de apertura en julio del 92 nunca llegaría a producirse, ya que la fatalidad quiso que Freddie falleciera tan solo 8 meses antes.
Como se pudo comprobar, 30 años después, la canción no solo no ha perdido vigencia, sino que permanece en el imaginario colectivo de toda una sociedad, la catalana y la española, como un himno atemporal, válido en esta ocasión como grandilocuente respuesta a la barbarie terrorista.